Dreamy Girl Dancer © (Editando)

1.- Hallazgo Peligroso

Esta hermosura fue realizada por la talentosa @JennPG, ¿no esta bellísima? De nuevo muchas gracias por hacer de mis personajes esta belleza visual. Vayan y síganla en sus redes si gustan, a medida de que los personajes aparezcan en  la historia iré publicando estas imágenes encantadoras con cada uno.

Los adoro, espero que este primero capítulo les haya encantado <3.

Genesis2811<3.

Grace:

Apresuré mi moreteado y sudado cuerpo, intentando no pensar en la espuma que le saldría a mi madre de la boca como perro rabioso al saber que no estaba en casa a horas de la madrugada. Si tan solo ella volvía a descubrirme adiós baile, hasta nunca pasión; o al menos eso me había demostrado años atrás.

Me cambié de ropa ágilmente, ya que la que usaba claro que iba a delatarme.

A pesar de que el miedo era mi constante acompañante cada noche de escape, siempre tenía un as bajo la manga mientras algunas mentiras piadosas fuesen dichas. Aunque esas mentiras fuesen dichas por pequeños angelitos, que si bien Dios perdonaría en un dos por tres, quizá yo me quemaría en el infierno por permitir que lo hagan en mi causa.

De todos modos, creo que si al final voy al infierno, me reiré mucho de toda mi vida.

Corrí sin detenerme hasta mezclarme entre los arbustos y entonces, llegaba el momento más trascendental de la noche.

— ¿Son estas horas para deambular por las calles?—preguntó mi madre abriéndome la puerta, tan desafiante como un torero frente a frente con la bestia, y eso que yo no tenía ni un cuerno de tonta.

Sonreí despreocupada.

No tengo reloj madre. Sabes que detesto que una cosa enumerada me cuelgue del brazo—dije guiñándole un ojo—. ¿Me dejas entrar o debía pedir reservación antes?

—A mí no me hablas así, la única que tiene derecho a reclamos soy yo Grace Smith—y ahí iniciaba su drama—. Explícame de una buena vez por qué llegas a estas horas.

Aquí va, su estrategia de sacarme la verdad que según sus actos era realmente efectiva. Pobre ilusa. ¿Sabía acaso que estaba inmersa en mi plan, y que ya tenía las respuestas correctas a cada una de sus preguntas predecibles?

—En vez del futuro, sé leer el pasado y hace aproximadamente unos diez minutos una pequeña te hizo una visita—comenté cruzándome de brazos—. No quiero repetirte lo que de seguro ella te dijo, aun así quiero saberlo de ti.

Su mirada que esperaba una respuesta coherente de mi parte, estaba a punto de estallar, porque definitivamente ya ardía.

—Es cierto, la pequeña vino a decirme que toda la temporada en la que ha tenido sarampión tú la has cuidado—dijo esta vez estudiando cada palabra como si no estuviese convencida—, y vino precisamente porque supuso que yo te regañaría.

A veces tenía que reprimir la risa que me causaba lo mucho que mi madre creía en los demás antes que en mí, pero había sido un recurso muy útil aunado a la trillada creencia de que "los niños no mienten". Gracias a Dios los que yo conocía, sabían hacerlo y de maravilla, tanto, que inventar enfermedades para salvarme el pellejo eran su especialidad.

—Desconocía tus dones en enfermería—enarcó una ceja intentando retomar la discusión—. Entra, las buenas samaritanas tienen que descansar luego de sus muchas acciones de compasión.