Veneno...

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(Sherlock P.O.V)
La gente estaba alarmada por la repentina oscuridad en la que quedó sumida la iglesia. Instintivamente, agarré el hombro de mi hermano en gesto protector.
Unos muchachos vinieron de donde íbamos después a cenar, anunciando que en toda la finca se había ido la luz, pero que volvería en minutos.
Poco después la ceremonia había acabado sin más problemas y nos retirábamos hacia la zona de la cena, yo con una sonriente Emma colgada del brazo.
Nos sentamos en la misma mesa que Mycroft y Amelie, pero separados de John y su mujer.
La cena estaba exquisita, y mi hermano estaba demasiado feliz como para ser repelente. Así que no estaba siendo una noche horrible.
Llegó el momento del baile. Mycroft y su esposa lo encabezaron con gracia. Yo busqué a Emma con la mirada y la vi sentada en un rincón. Me acerqué lentamente a ella.
- ¿Bailas?- pregunté.
- Uf, no. No sé bailar- respondió ella, avergonzada.
- Vamos, yo te llevo.
- ¡Sherlock no...!- intentó protestar, pero yo ya la había arrastrado a la pista.
Sonaba un vals, y nos deslizábamos por la pista. Básicamente yo arrastraba a Emma, pero al cabo de unos minutos ya había cogido el ritmo y me seguía con facilidad.
Tras un par de canciones más ella me hizo un gesto de agotamiento y nos sentamos. Dio la casualidad de que a Mycroft y a Amelie les apeteció cortar la tarta.
Ambos empuñaron el cuchillo y cortaron un piso...dos...tres...y mi móvil sonó. Un sonido de mensaje, en tono bajo.
Lo miré por debajo de la mesa y mi cara se transformó en una mueca de horror.
«Le advertí que les protegiera...~ DD»
Me quedé completamente bloqueado, pero Emma, al ver mi cara, me arrebató el móvil y palideció. Sus ojos inmediatamente volaron por toda la sala, hasta posarse en la tarta.
Antes de que pudiera decirle nada, se levantó bruscamente de la mesa, literalmente corrió hasta la feliz pareja y les tiró al suelo los trozos de tarta.
Ambos la miraron con desaprobación y enfado, pero antes de que tuviera tiempo de explicarse, me acerqué y les mostré el mensaje. Mi hermano, que estaba al tanto de todo, se tapó la boca en un grito contenido.
Mientras, Emma había cogido un trozo de tarta y lo desmenuzaba entre sus dedos, dejando ver claramente las pequeñas bolitas de mercurio que no se notaban si no se miraban con atención.
Para aquel entonces todos estaban nuevamente alarmados y alguien, como no, llamó a Scotland Yard.
- No hacía falta que vinieran- le susurré a Emma y a John cuando llegaron.
- Siempre es mejor tener un equipo de profesionales cerca- fue la contestación de ella, mientras se reunía con un inspector y le relataba lo ocurrido.
️John se rió al ver mi expresión y dijo:
- Por favor, intenta no asesinar al inspector mientras no estoy mirando.
Tras este "problemilla", conseguimos salir hacia casa otra vez, y Emma, rendida de cansancio, se quedó dormida en el taxi.
No conseguimos despertarla, así que la tuve que subir en brazos a su habitación, donde Arum la esperaba. La deposité junto a la pequeña cachorrita en la cama y la cubrí con una manta.
Antes de salir la miré por última vez ese día. Estaba preciosa mientras dormía, y no pude evitar depositar un leve beso en su frente.

Sherlock Holmes y las cien puertas (Sherlock BBC)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora