Diez minutos

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(Emma P.O.V)
Recuperé la consciencia, sin tener una noción exacta del tiempo transcurrido. Lo que sentía claramente era la sensación de cuerdas que mantenían mis muñecas y tobillos atados, y la silla de metal duro en la que estaba sentada.
Abrí los ojos y me encontré con que habían tomado la precaución de cubrirme los ojos con un paño negro para que no pudiera ver nada de mi alrededor.
Oí unos llantos a mi derecha. Por supuesto los reconocí, llevaba intentando evitarlos desde la adolescencia en mi casa.
- ¡Izzy!- grité.
- Emma- me llegaron los sollozos de vuelta- ¿qué está pasando?
- La verdad... No lo sé- respondí.
- Claro que lo sabes- intervino entonces la grave voz de un hombre.
- ¿Quién es usted?- preguntó asustada mi hermana.
- Derek Doncaster. Hijo no deseado. Maltratado en la infancia. No tomado en serio. Menospreciado por vuestra mejor mente. Asesino mentalmente preparado. Conocido mayormente como DD.
No sabía cómo responder a esas afirmaciones. Estaba en frente de el hombre que podía causar estragos en toda Inglaterra. Y acabar con mi vida.
Mi petición fue clara y concisa:
- Déjame verte la cara.
Él rió. Instantes después, tenía que acostumbrarme a la oscuridad del sótano donde nos encontrábamos.
Noté que DD dibujaba la silueta de mis mejillas, para luego bajar al contorno de mis labios con sus ásperos dedos.
- No vuelvas a tocarme- mascullé, enfurecida.
- ¿Y si no quiero parar? ¿Qué puedes hacerme? Estás atada de pies y manos, al igual que tu hermana. Estáis a mi merced- dijo él, sonriendo descaradamente, mientras hacía una y otra vez la silueta de mis labios.
Cierto que no podía hacerle nada... Pero aún así decidí morderle. Lo hice con fuerza, y la boca me comenzó a saber metálica por el contacto con su sangre.
Él gritó de dolor.
- ¡No lo creo!- dijo- ¡La princesa es una rebelde en realidad! Bueno... Yo sé cómo disciplinarte.
Cogió dos jeringas con un líquido rosado en ellas. Les colocó un par de agujas y se acercó a nosotras. Introdujo la primera sin cuidado en el brazo de Izzy, y le inyectó el fluido, que en seguida la dejó medio inconsciente. En seguida se acercó a mí e hizo la misma maniobra. Lo último que vi antes de caer en un atontamiento total fue su siniestra sonrisa.
~~~~~~~~~~~~~
Volví a despertar, esta vez en una habitación distinta a la anterior.
Por los enormes cambios, deducí que nos encontrábamos a más profundidad, e incluso en un edificio diferente.
Izzy seguía atada a mi lado, y ambas estábamos subidas en una especie de pequeño altar.
DD se hallaba justo enfrente de nosotras.
- ¿Qué vas a hacernos?- se atrevió a preguntar mi hermana.
- Oh- suspiró él- nada... Por ahora.
Pulsó un par de botones que había en la pared y una pequeña pantalla que se encontraba en el mismo lugar se encendió.
Eran las cámaras de seguridad de los viejos almacenes, que de alguna forma seguían en funcionamiento. En la pantalla, borroso y en blanco y negro, pude ver a un hombre colándose por la misma ventana por la cual había entrado yo.
- ¡Sherlock!- grité, aunque sabía que él no podía oírme en ese momento.
- No grites- pidió DD- tu voz es muy irritante. Y Holmes no puede oírte.
Seguimos observando cómo Sherlock se movía deprisa y en silencio por el edificio, hasta llegar al sótano.
Justo en ese momento, DD tomó un micrófono y comenzó a hablar.
- Mr. Holmes- sonó por la megafonía- tú no puedes verme, pero yo puedo verte a ti.
Sherlock se dio la vuelta y miró a todos lados durante unos segundos hasta fijar sus ojos en el altavoz.
DD siguió hablando.
- Como ya debes saber, tengo a tu pequeña Emma y a su hermanita. Y no las pienso soltar, aunque... Tienes esta pequeña oportunidad de encontrarlas. Si superas mi prueba, claro.
La llamo "las cien puertas". Primera etapa, encuentra la puerta de entrada al laberinto. Si no lo completas, los tres moriréis.
Tienes diez minutos.

Sherlock Holmes y las cien puertas (Sherlock BBC)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora