Solo mío

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(Emma P.O.V)
Hoy era el gran día. Hoy tenía que pasar todo un día con Jasmine.
Me desperté la primera en la casa, algo extraño. Normalmente era Sherlock el primero en levantarse.
Afortunadamente, Jasmine dormía y yo tenía tiempo de preparar el recorrido de hoy por Londres, dado que no había hecho nada aún.
Entre bostezos, escojí unos cuantos monumentos.
- Big Ben, London Eye, Abadía de Westminster, Puente de Londres, Catedral de San Pablo... -murmuré.
Los fui anotando en un papel hasta que me quedé sin ideas.
Decidí hacer el desayuno para todos. Café para John y para Jasmine, té para Sherlock y para mí.
Justo cuando acabé de prepararlo todo oí pisadas que venían del pasillo. Eran John y Sherlock, que se acababan de despertar.
John se sentó en una silla murmurando un buenos días casi inaudible.
Sherlock, con su bata medio abierta que le dejaba la parte baja del cuello al descubierto, y su pelo rizado revuelto y despeinado, rodeó la mesa para coger el té.
- Emma, ¿podrías pasarme el té?- preguntó.
- Pero tienes que pedirlo bien- exigí.
- ¿Cómo?- dijo, confuso.
- Pídeme el té correctamente. Como una persona educada.
- ¡Ah! ¡Eres muy pesada con la “buena educación”!- exclamó, pero sonriente, volvió a pedir:
- Emma, por favor, ¿podrías pasarme el té?
Esta vez sí que le acerqué la taza de té.
Dio un sorbo y asintió, aprobador. Me sentí absurdamente feliz, porque era la primera vez que conseguía preparar el té a su maniático gusto.
- ¿Y yo?- preguntó Jasmine, que acababa de llegar- ¿tengo desayuno?
Asentí con desgana y le alcancé la taza.
Incómoda, terminé el desayuno rápidamente y fui a prepararme para salir.
Media hora después estaba sentada en el salón esperando a que Jasmine se acabara de arreglar.
Una hora más tarde de lo anterior salíamos de la casa y nos dirigíamos al Big Ben en taxi.
Cuando llegamos a nuestro destino empecé a contarle a Jasmine todas las curiosidades sobre esta maravilla histórica.
- El Big Ben es el reloj más grande de toda Europa, y de los más grandes del mundo. En su parte superior se guardan, en una cámara acorazada, las joyas de la corona. Sin embargo, la cámara no es impenetrable. Solo se conoce de una persona que haya conseguido romperla con relativa facilidad- comencé.
Un escalofríome recorrió la espalda mientras pronunciaba su nombre.
- Jim Moriarty.
Por una vez amable, Jasmine colocó su mano en mi hombro, en un intento de reconfortarme.
- Afortunadamente, ya acabó.- proclamé- Él está completamente muerto y no puede mover ficha de nuevo.
Jasmine hizo un signo afirmativo y acto seguido volvió a su actual estado frío y odioso pidiéndome que prosiguiera contándole más datos sobre el gran reloj.
Tras visitar también el London Eye y el Puente de Londres, decidimos hacer una parada para tomarnos un descanso y comer.
Mientras esperábamos por la comida, intenté entablar conversación con Jasmine.
- ¿Qué te ha parecido Londres hasta ahora?- pregunté.
- Emma, querida, sé que tus intenciones son las mejores, pero me estorbas- respondió ella- yo le vi primero, yo le tuve en mi casa primero, yo le quise primero.
Al ver mi cara de confusión, suspiró y añadió:
- Emma, quiero que te quede claro. Sherlock es mío. Y solo mío.
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¡¡Hola!! Mucho tiempo sin leernos, ¿verdad? Espero que os guste este capítulo, ahora mismo no tengo mucho tiempo para escribir :( ...
¿Qué pensáis de Jasmine por ahora? Una puta (con perdón), ¿cierto?
Por cierto, en mi fanfic, Moriarty está muerto. Y no va a sobrevivir ni a volver, no soy tan Moffat XD.
Bueno, nos leeremos pronto, espero.
¡¡¡¡Besos para tod@s!!!!

Sherlock Holmes y las cien puertas (Sherlock BBC)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora