Todo solucionado... O no

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¡¡¡Último capítulo antes de que me vaya de viaje!!! Me voy mañana, que nervios :) Este capítulo es un poco (poquito, pero algo) más largo porque va a pasar un tiempo sin que pueda escribir. ¡¡Besos para tod@s!!
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(Emma P.O.V)
Genial. Actualmente tanto Greg como Sherlock me odian. Quizá odio es una palabra muy fuerte, pero es la que se necesitaba en este caso.
Tras mi "charla amistosa" con Lestrade me había desmoronado en la cama, presa del agotamiento.
Cuando me desperté de mi sueño, que me pareció eterno, una enfermera entró para decirme que ya estaba bien, y podía retirarme a casa.
Estaba deseando marcharme del hospital, pero quería evitar a toda costa volver a Baker Street, así que decidí ir primero a casa de mis padres.
No tardé mucho en llegar, la casa estaba a unos minutos en taxi desde el hospital. Cuando abrí la puerta la Rottweiller de la familia, Skylor, se abalanzó sobre mí. Llevaba semanas sin verme, y entendí su alegría repentina. Me tiró al suelo y no pude sacármela de encima hasta que llegó Izzy y la obligó a moverse.
Las tres juntas entramos en la casa donde mis padres esperaban, sentados en un sillón.
- Emma, cariño, siéntate- dijo mi madre con seriedad.
Me di cuenta de que algo extraño estaba pasando. Rara era la vez que la sonrisa de mi madre desaparecía de su semblante.
Obediente, me senté.
- ¿Mamá? ¿Papá? ¿Que ocurre?- pregunté con agobio.
- Hija- comenzó mi padre- sabes que tu madre y yo siempre queremos lo mejor para tí, ¿verdad?
Me tensé en la silla porque ya sabía por donde iban los tiros.
- Papá...- protesté.
- ¡Silencio!- ordenó él.
- Mira, Emma- dijo mi madre- tu padre y yo hemos estado hablando y hemos llegado a la conclusión de que ninguna manera estás juntándote con las personas adecuadas. No queremos que vuelvas a ver a esa gente, desde que los conoces solo te han acarreado problemas.
Noté como la cara se me ponía roja. Por un instante tuve un flashback.
5º de primaria. Yo era una niña bastante tímida y muy espabilada, lo que me hacía ser "el bicho raro" del curso. No tenía amigas, todos se burlaban de mí.
Un día, llegó una niña nueva. Venía de África y no conocía a nadie aquí. Durante los días más felices de mi vida, ella fue mi mejor amiga.
Entonces un iceberg hundió el Titanic de mi felicidad. Sus padres y ella fueron arrestados por estar en el país de forma ilegal, y les deportaron. Y, como no, ¿quién puso la denuncia?
Mr. & Mrs. Green.
" Tu padre y yo hemos estado hablando... Personas adecuadas... No vuelvas a verla... Solo problemas..."
- ¡No!- grité- ¡Kish otra vez no! ¡Es mi vida, y mis decisiones! ¡Yo las tomo y las sufro si salen mal!
Mis padres intentaron hablar, pero yo seguí gritando. Después del numerito, salí corriendo de casa.
Llorando, me metí en un taxi. Ya solo me quedaba un sitio al que ir. Tenía que afrontarlo ya.
- 221 de Baker Street- pedí al taxista.
El trayecto se me hizo cortísimo y, en un abrir y cerrar de ojos, estaba frente a la puerta del piso. Hice de tripas corazón y abrí la puerta.
John no estaba. En una esquina, Sherlock tocaba el violín sin haberme oído entrar.
- ¿Sherlock?- llamé.
El violín cesó, y Sherlock se dio la vuelta.
- Oh... Emma- dijo al verme.
- Sherlock yo...- intenté explicarme.
- Blah, blah, blah. Sin excusas, gracias. Ambos estábamos en tu habitación ayer y ambos sabemos lo que pasó.
- ¡Ese es el problema!- le reproché, gritando de pura frustración- ¡tú no sabes lo que pasó!
Acto seguido le expliqué todo lo que había pasado desde el momento que me encontré a Lestrade en el piso de arriba del hotel. La pelea, los latigazos, la morfina, todo.
Cuando acabé, me miraba perplejo. Su expresión era inescrutable, no sabía si me creía o no.
- ¿Me crees ahora?- me atreví a preguntar.
Él no dijo nada, solo se limitó a rodear mi cintura con su brazo izquierdo mientras con el derecho acariciaba suavemente mi mejilla. Atrevida, me acerqué más a él.
Estábamos tan absortos el uno en el otro que no nos dimos cuenta de que la puerta se abría.
De repente, cuando estábamos tan cerca que nuestras narices podían rozarse, mi burbuja de gozo se deshizo.
- ¡Sherlock!- gritó una voz desconocida, alegremente. Una voz femenina.

Sherlock Holmes y las cien puertas (Sherlock BBC)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora