El hilo rojo del destino

*Felicidades Nara*

Dos semanas sin saber nada de Akatsuki, ni nosotros ni mi padre o el de Shikamaru lograban encontrar pista alguna de su paradero, algo que ya comenzaba a preocuparnos a todos los involucrados en el caso.

Temari y Tenten seguían tratando de buscar algo que les diera la pista para saber lo que Shikamaru poseía, pero simplemente nada de ello se hacia presente en él. Por otro lado, yo tuve que leer los libros y pergaminos que contenían partes con respecto a mi supuesto clan, entre esos escritos, encontré uno donde especificaba como los Hyuga activaban su visión especial, los puntos débiles de está y otras cosas más que podría ser capaz de llevar a cabo si me aplico con el tema; sin embargo, ya me había aburrido un poco estar con lo mismo.

Deje lo que estaba haciendo para poder acostarme en el sillón y observar discretamente a las chicas frente a mí. Ellas parecían estar discutiendo algo con respecto al papel que tenia en manos Temari, pero por desgracia no me era posible escuchar lo que se decían.

– ¡Hey! Vengan.

Con ganas o no, ambos fuimos hasta donde ambas mujeres se encontraban, ahí ellas nos mostraron unos documentos que contenían cosas que no traían el resultado de la prueba.

– ¿Qué con esto?

– Creemos que posiblemente te han metido algo nuevo.

– ¿¡Qué!?, ¿entonces soy el ratón de prueba?

Shikamaru se altero considerablemente con lo que Tenten acababa de decir, aunque era de esperarse que quisieran probar algo nuevo en quienes tuvieron la oportunidad.
El Nara daba leves manotazos en el aire mientras daba de vueltas en la sala, parecía estar tratando un tema importante consigo mismo. Deje de verlo sólo por unos segundos, y él ya había atravesado una ventana.

– ¿¡Qué hiciste Shikamaru!? - cuestionó Temari algo exaltada.

– Lo siento, no fue mi intención ha...

– No idiota, no me refiero a la ventana. Me refiero a ti.

– Ah, pues, no lo sé.

Note a Shikamaru tensar se aún más de lo que ya estaba. Yo no note que fuera algo malo que lo hiciera, pero parecía que a las chicas les comenzaba a preocupar.

– ¿Por qué se ponen asi?

Arqué la ceja mientras las veía, en verdad aveces no las entendía en lo mas mínimo.

– Mira sus pies, Neji.

Ahora lo entendía, los pies de Shikamaru estaban dejando asomar pequeños picos oscuros detrás suyo, aquellos que atravesaron la ventana con el manotazo que hizo Shikamaru.
Todos ahí dentro, nos mantuvimos lo más quietos posibles para que una de esas cosas no tratara de atravesar nos en algún momento, pero estas dejaron de ser picos y pasaron a ser solamente la sombra del azabache.

Si alguien me hubiera contado tal barbaridad, no dudaría en pensar que está loco por inventar semejante cosa tan irreal; pero, aquí lo pude ver con mis propios ojos como ocurrió todo eso.

– ¿Todo bien, Shikamaru?

– Sí, ya me siento mejor. Pero, ¿qué fue eso exactamente?

– Tal parece que tienes el jutsu de las sombras. Básicamente tú sombra puede tomar la forma que tomo hace un momento para atacar y atravesar con aquellos picos, atarlos para inmovilizar al oponente o, tomar el control del cuerpo de con quien unas tú sombra. O bueno, al menos eso dice que deberías hacer.

Tenten seguía leyendo el papel de donde había leído lo que dijo a Shikamaru, Temari estaba visualizando detalladamente la sombra del Nara, y Shikamaru sólo se limitaba en ver a ambas chicas cada cierto tiempo.