*Hielo*

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No podíamos matarnos porque le haríamos bastante sencillo a Yahiko tomar nuestra sangre, tampoco podíamos escondernos ya que mandaría a buscarnos hasta debajo de la piedras. Entonces nuestra única opción era matarlo, aunque es muy probable que después nos maten a nosotras también.

Sin importarnos mas otras cosas, salimos a la media noche con todo nuestro equipamiento listo, era hora de usar lo que el suero rojo nos brindo para un bien mayor.

– ¿Lista?

– No, pero ya estamos aquí. - le Sonreí a Temari.

Ingresamos a lo que quedaba del laboratorio, yo era quien la guiaba para llegar hasta donde vi al hombre hace un par de horas.
Mi sorpresa fue grande cuando ya no estaba ahí.

– Tranquila, busquemos algo de información. - a sentí.

Nos adentramos más al lugar sin hacer mucho ruido, y por mera curiosidad encontramos los papeles de Yahiko donde marcaban que él era el número doce de los experimentos de Jiraiya. Su suero fue con la intención de ver qué tan compatible resultaba su cuerpo con el veneno.
Fue ahí cuando dimos que su mera existencia era más peligrosa que la del suero rojo, pero si el suero le ayudaba a obtener un nivel superior, entonces corremos más peligro de lo que imaginábamos si lo obtiene Yahiko.

– Mira esto...

– ¡Hay una bomba! - exclamó Temari al momento en que me cargo sobre su hombro y salió corriendo del lugar.

Fueron diez segundos que se nos permitió para alejarnos, de otro modo habríamos volando en pedazos ahí dentro.

– Carajo. - mascullo Temari

Me gire hacia ella, y su brazo estaba sangrando. Rápidamente saque una venda de mi pergamino pequeño para cubrir la herida.
Yahiko estaba cerca y no sabíamos con exactitud de dónde podría salir.

– Era una trampa, los vio.

No podía ser eso, ambos fuimos demasiado cuidadosos en ocultarnos y en evitar hacer el menor ruido posible.
En momentos como estos requerimos a Karin, ella fácilmente nos podría decir en dónde hay alguien más cerca nuestro.

Lo siguiente fue contarle a Temari lo que alcance a ver en los papeles, no sabíamos de qué forma manipulaba el veneno, debíamos fijarnos en todo.
Fue sólo en un abrir de cerrar de ojos, sin percatarnos de otra presencia ya estábamos dentro de una burbuja de agua que nos dejaba sin oxígeno.
Poco después salieron dos personas más, ambos se reían de nosotras, también hablaban cosas que no lograba entender.

Temari desidio por fin usar el segundo don adquirido: Hielo. Gracias a este congelo todo alrededor de la esfera de agua, de ese modo nos fue más sencillo liberarnos al romper esa delgada capa de hielo. Tan sólo toque tierra puede usar mi elemento de tierra para hundirlos un poco y dejarlos así mientras seguimos avanzando. Pero antes Temari decidió darles un pequeño golpe con su abanico para estar más seguras.

– Sigamos, debe haber más por aquí.

– Había más, pero ya los mande a otro país.

Ambas nos quedamos estáticas en nuestro lugar al escuchar esa voz y varios pasos llegar detrás nuestro,  nos giramos lentamente para encontrarnos con Karin, Derek, Brian y Liam.

– Mentirosas. - nos reprochó Karin.

Brian y Liam se acercaron a nosotras y un coscorrón en la cabeza fue lo que recibimos.

– ¿Qué hacen aquí? Deberían estar durmiendo.

– Llevamos la cena para acompañarlas a prepararse, pero que sorpresa nos llevamos cuando no había nadie en casa.

– Luego hablan de eso, ahora caminen, puedo sentir a más personas por allá.

Avanzamos como ella indico, manteniéndose todo el tiempo Liam detrás mío, ya parecía mi perro guardián.
No podíamos tener enfrentamientos extra sin sentido, entonces sólo a la distancia disparamos a las personas con dardos tranquilizantes. No podíamos matarlas, no estamos siquiera consientes de si alguien los espera con vida.

Ya después Liam los botó a otro país para que no interfiriesen de nuevo. Avanzamos cada vez más, pero era extraño, aunque tuviéramos a Karin de nuestro lado yo esperaba que alguien más atacara.

Me asuste cuando sentí a Liam dejarse caer sobre de mí, provocando que yo también terminara en el suelo.

– ¡Nos encontró! - exclamó Karin al girar hacia nosotros y ser jalada por Derek.

Cuando visualice un humo extraño fue cuando me levante y lance a Liam lejos de ahí, al voltear Temari había hecho lo mismo con Brian. No podíamos ver por donde salir, la única alternativa era el abanico.

– Sí lo usas, el veneno se esparcirá hasta la ciudad. Probablemente le llegue a tú hermano.

Mierda, debíamos salir del gas venenoso que nos rodeaba pero ya. Intente avanzar hacia donde escuchaba a Liam gritarme, pero termine atrapada en algo viscoso que no me dejaba moverme. Ya no podía aguantar por más tiempo la respiración, mis fuerzas se iban debido a ello y no sabia a donde apuntar para disparar. Podría darle a los chicos si disparaba al azar.

Me agache y toque la tierra para sentir dónde pisaba Yahiko, gracias a ello pude sumergirlo en tierra. El veneno dejo de ser poco a poco menos abundante, eso me permitió ver un poco a mi alrededor.
Justo en ese momento, sentí que algo rodeo mi cintura para después ser jalada lejos del veneno.

Por fin respire aire puro, sentí que casi me moría ahí dentro por falta de aire.

– Oye niña, ¿estás bien?

Tosía un poco mientras intentaba nivelar mi respiración nuevamente, pero tan sólo capte la voz me gire en seco a verlo.
Era Neji, no se cómo pero estaba aquí, teniéndome sobre sus piernas.

– ¡¿Qué demonios haces aquí?! Deberías estar en Japón. - volví a toser. Él se burlo.

– ¿Y ese cambio de look?

– ¡Par de idiotas!, porqué nadie nos hace caso.

– Yo los llame Tem, no te alteres, pero eso lo hablaremos en otro momento.

Me puse de pie con ayuda de Liam, era hora de fijarnos en Yahiko enfrente nuestro que ya comenzaba a salir de donde fue enterrado.

– Llegaron.

Mierda, habíamos sido rodeados sin darnos cuenta. Ahora no sólo teníamos a Yahiko, habían más detrás nuestro.

– Poseen buen nivel de chakra, tengan cuidado.

– Derek, tú cuida a Karin, ella es la única que nos puede curar.

Nos dividimos a las personas ahí, pero Liam dejo que nosotras fuéramos directo al chico de cabello naranja que corría hacia una pequeña cabaña.
Íbamos con toda la iniciativa del mundo para allá, cuando un tipejo más grande que nosotras nos saco volando del camino.

No quedamos estampadas contra los árboles gracias a Shikamaru que con sus sombras hizo una telaraña que nos amortiguó el golpe.
Fue ahí cuando Brian entro en combate con el grandulón, pues con la fuerza sobrehumana que posee le seria pan comido.

.

Gracias a Liam llegamos más rápido hasta la cabaña, nos adentramos y no vimos a nadie ahí, estaba vacía.  Corrí hasta la otra salida con la esperanza de verlo cerca, y sí, ahí estaba.

Pero no me imaginaba que su sed por nuestra sangre fuera tan enorme como para ponernos francotiradores a nuestro alrededor.

– ¡Disparen!

Fue lo último que le escuche decir antes de que comenzaran los disparos hacia nosotras.

El hilo rojo del destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora