*Efecto*

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Hyuga Neji...

Lo único que alcanzamos a escuchar fueron los disparos directo a la cabaña, sin pensarla dos veces corrimos en esa dirección; pero se nos adelantaron el hombre de cabello largo y el chico rubio quienes corrieron más rápido que Shikamaru y yo. Debido a esto nosotros nos quedamos estancados ahí con los tipos que ellos dejaron a medias, evitando que saliéramos de prisa hasta allá.

Entre Shikamaru y yo leímos  todos los libros viejos que nos dejaron en los cuartos que tomaron por suyos sólo por un par días, entrenamos día y noche para perfeccionar lo mal que seguíamos manejando lo que se nos dio para ser de ayuda para ellas y protegerlas como ellas lo han estado haciendo.

Cuando un número desconocido de Canadá contacto a Shikamaru, ambos corrimos directo al celular para ver quién de los dos respondía el llamado. Fue el Nara quien respondió y puso el altavoz, pero no era ninguna de las dos voces que esperamos escuchar; pero al menos fue alguien que nos dio su ubicación.

Nos las arreglamos para salir del país esa misma noche. Buscamos un hotel pequeño para dormir tan sólo llegamos a Canadá para después ir a buscarlas.

Gracias a mi Byuakugan fue que logramos llegar hasta ellas está noche, pero, creo que aquí ya encontraron quien cuide de ellas.

Y claramente no somos nosotros.

.

Gracias a las numerosas sombras que ahora puede manipular Shikamaru, fue mucho más sencillo quitarnos de encima a los hombres con la sombra estranguladora del Nara.

Corrimos hasta la cabaña pese a ya saber que tenían otra compañía con ellas. Pero no estaban, sólo los dos hombres estaban viendo la escena frente a ellos: los seis francotiradores en el suelo. Sin rastro de las chicas y tampoco de Yahiko.

– ¿Pueden seguirlas?

– Sí.

Active el Byakugan en su búsqueda, y las encontré corriendo a unos treinta metros de donde estábamos.

– Se las encargamos, nosotros los alcanzamos en unos minutos.

Regresaron a donde dejamos a los otros dos chicos, y el Nara y yo corrimos detrás de las chicas que iban por Yahiko.
Las vi adentrarse a un edificio abandonado, era hora de correr más rápido para llegar hasta ellas, pero de algún modo terminamos con la misma cosa viscosa que había inmovilizando a Temari y Tenten cuando estaban dentro de la nube de veneno de Yahiko.

Mire a mi alrededor en busca del responsable de esto, y encontré a Konan alejándose de nosotros para ir justo donde están las chicas.

Shikamaru nos liberó de ahí gracias a sus sombras, pero aun era algo molesto tener esa cosa pegada a nosotros.
Seguimos corriendo, pero está vez en compañía de los otros tres hombres y Karin.

– ¡Paren! - nos grito Karin antes de ingresar al lugar

– Comenzó a esparcir el veneno. - a complete lo que la chica estaba por decir.

Más allá de este, podía ver a las chicas peleando con el hombre y, Konan, pero ella hacia sus ataques a la distancia y sin acercarse mucho.
Miraba a los lados, no veía alguna abertura para poder pasar hasta ellas. La desesperación era enorme y lo único que se me ocurría era atravesar el veneno.

– Entren. - captó mi atención el hombre de cabello largo al abrir su portal – Es un atajo.

Ellos parecían cuidar mucho de ellas, no creo que intenten sacarnos del juego.
Así que lo seguimos, e inmediatamente comenzaron a correr, nosotros sólo nos limitamos en seguirlos para visualizar un poco más allá a las mujeres por las que viajamos a otro país.

Desactive el Byakugan, y ahora sólo podía ver pedazos de tierra levantarse y dejarse caer.
Nuevamente la nube de veneno comenzó a ser esparcida, cada vez más densa conforme se iba esparciendo.
Ambas mujeres corrieron a hasta donde estábamos, sin perder el tiempo Tenten saco un arco de su pergamino y le coloco una pequeña bolsa de pólvora que le entrego Karin.

– Neji, ¿Dónde está Yahiko?

Me acerque a ella para colocar mis manos sobre las suyas e indicarle con exactitud al hombre.

– Ahí.

Me percate de la presencia de un francotirador que apuntaba directo a ella, rápidamente abracé su cintura con uno de mis brazos y la jale para cubrirla con mi cuerpo.
La bala se escuchó al pegar contra el suelo, seguido de esto tuvimos que alejarnos al ver el veneno extenderse.

Sabaku No Temari...

Carajo, un sólo segundo de descuido fue suficiente para que el veneno se liberará del cuerpo de Yahiko aun más rápido, provocando que llegara hasta donde ya hay gente viviendo.

– ¡Liam!, lleva me enfrente de la nube.

Abrió su portal y llegue hasta donde aun no alcanzaba la nube. No tenía otra opción en estos momentos, usaría el abanico para mandar el veneno para el otro lado. Cree una capa de hielo del otro lado para evitar que se extendiera, así pude abrir mi abanico y dar un leve movimiento para que no lo mandara más allá.

Cerré aquella capa de hielo para evitar que saliera para algún otro lado.

– ¡Tenten!

Disparo la flecha con la pólvora e inmediatamente cubrió el hielo con su elemento. Ahora sí era su hora de utilizar su segundo don: fuego.
Con un chasquido de sus dedos fue suficiente para que la pólvora hiciera lo suyo ahí dentro y nos permitiera escuchar los gritos y maldiciones de Yahiko al estarse quemando vivo con todo ese veneno suyo.

Yahiko no fue una gran amenaza de combate como creímos, lo que en realidad lo hizo ver como una amenaza fue que era demasiado cuidadoso con todo lo que hizo; además de que su mismo don era la amenaza, pero no como yo esperaba.
El veneno que podía crear en su cuerpo es lo único que le permitió llenarse de gente por el miedo de que con sólo quererlo, el liberaría su pequeña nube o tal ves tenia también otro método de amenaza.

El alivio fue enorme mientras seguíamos escuchando los lamentos de Yahiko, con esto terminamos lo que tanto nos preocupaba.
Coloque mis manos un poco mas arriba de mis rodillas para recargar un poco mi peso, un sabor extraño llego a mi boca, caray, me había olvidado de ese pequeño detalle.

Me aleje un poco de los chicos, sentí la necesidad de toser un poco, comencé a escupir sangre. Escuche que Tenten también lo hizo cuando Liam y Neji se acercaron a ella preguntándole qué pasaba.
Ambas inhalamos un poco de veneno en el primer ataque de Yahiko y también cuando llegamos al edificio de atrás.

Empezaba a ver borroso, era obvio que el veneno ya estaba haciendo lo suyo después de habernos movido tanto. Sentí al Nara abrazar mi cintura antes de caerme. Me hablaba, pero mis ojos se pusieron demasiado pesados como para poder responder algo de lo que decía.

El hilo rojo del destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora