*Feminismo*

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Hidan se encontraba bastante drogado como para saber lo que estaba haciendo, pero eso no lo hacia menos peligroso de lo que era en estos momentos.

Él se dirigió a Nanami con todas las intenciones de matarla; sin embargo, esté se detuvo al sentir el cañón del arma que portaba Shina en su mano.
Nadie se movió, las cuatro personas dentro de aquellas cuatro paredes se quedaron estáticas en espera, espera de ver quién seria la primera persona en hacer movimiento entre Hidan y Shina.

– Aparta te Hidan. - hablo la mujer con el arma, de forma amenazadora.

No estaban seguros de lo que ocurriría después, y tampoco iban a saberlo debido a que, Yahiko entró al lugar en compañía de dos hombres desconocidos para las chicas, pero que fueron quienes noquearon a Hidan de un golpe y se lo llevaron de ahí.
Shina bajo el arma, y Nanami inspeccionó al niño, verificando que no tuviera heridas.

– Lamento mucho lo ocurrido chicas. - se disculpó el pelinaranja.

– ¿Qué harás con él? - cuestionó Nanami.

– Nada en específico.

El hombre dio media vuelta y se retiro del lugar como si nada, luego llegó Konan y se llevo al niño con ella para prepararlo antes de la entrega; y ellas, simplemente trataron de asimilar lo ocurrido antes de ir a la sala de control a monitorizar la entrega.
El ambiente había sido bastante tenso, pero tenían cosas que hacer en estos momentos, así que no tenían mucho tiempo como para ponerse a pensar y tomar un poco más de aire.
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Todo marchaba según el plan: los hombres y Konan, estaban dispersos en el sitio, verificando que no hubiera algún policía a los alrededores; mientras tanto, Shina y Nanami eran sus ojos a largo alcance de todos ellos.

– El objetivo se acerca al lugar.

Entendido.

El hombre se acercaba a un contenedor en que seria dejado el paquete, todo iba bastante bien.

Tengo a un policía sentado enfrente mio. - informó Konan.

– Mantente ahí, intentaremos hackear la señal.

Mientras Nanami hacia ese trabajo, Shina buscaba a los alrededores algún francotirador que estuviera oculto en alguno de los edificios que los rodeaban.
Encontró a dos en ángulos distintos pero, que tendrían un gran tiro hacia la cabeza de Yahiko si intentaba ir hacia el paquete que se estaba por dejar en el sitio.

– Yahiko, no te muevas de tú lugar, es una trampa.

¿Qué?, ¿porqué lo dices?

Hay francotiradores que te mataran si vas hacia el paquete.

Yahiko obedeció, no tenía otra alternativa en estos momentos.

– Tengo acceso a las conversaciones que tienen ahora. - informó Nanami.

¿Cuántos son?

Son seis hombres que están cerca de ustedes, los dos francotiradores y una docena de hombres oculta en el edificio del sur.

El pequeño Konohamaru, se encontraba en manos de Shion y Tayuya, quienes permanecían ocultas en un callejón cerca de donde estaban los demás, esperando las indicaciones para poder avanzar.

Nanami, ¿puedes dar ordenes nuevas a todos ellos a través de la señal que has hackeado? - cuestionó Shaka.

El hilo rojo del destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora