*Madurez ante todo*

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Nara Shikamaru...

Ellas sólo nos dieron el pequeño resumen de cuando se conocieron, no entraron en contexto con todo la parte de su vida.

– A las dos semanas de que me pusieran el suero azul, a Temari le pusieron el rojo, y yo espere casi dos meses para que me fuese colocado.
Los efectos secundarios de este sólo los tuve yo.

– ¿Y ella?

– Yo no, porque yo ya contaba con una naturaleza.

– Sigo sin entender del todo. - Temari suspiro pesadamente ante lo dicho.

– Me refiero a que Tenten no obtuvo naturaleza con el primer suero. Para ella fue más que obligatorio metérselo para obtenerlo, de otro modo la habrían matado; sin embargo, para mí fue usado como un nuevo experimento, para mi y otros tres más.

– ¿Y esos tres en dónde están? - cuestioné.

– Muertos.

Todo estaba llegando demasiado rápido, primero era un suero azul, ahora resulta que también existió un segundo del que Yahiko no tiene acceso. Por ello, quiere a las chicas para tomarlas nuevamente como objetos de experimentación para quien sabe con qué fin.

Viendo el como están las cosas actualmente, estamos pensando muy seriamente Neji y yo en buscar alguna manera de obtener algo más para ayudarlas. Sinceramente no somos más que una carga para ellas.

– Itachi nos ha conseguido unos documentos de Yahiko. - se puso se pie la rubia – Iré por ellos.

Hice una mueca de disgusto ante ello, Itachi esto, Itachi lo otro, últimamente no paran de mencionar a Itachi. Ya es estresante para mi tener que escuchar ese nombre constantemente. Y me es aún más estresante por fin haberme dado cuenta de que sí siento algo por esa rubia.
Y lo peor, es que veo que ella no muestra en mínimo interés por mí.

– ¿Hasta cuándo piensas quedarte callado? - me cuestionó el Hyuga.

– ¿Sobre qué?

– Shikamaru, no sabes disimular en lo mas mínimo. Has estado muy atento a todo lo que hace Tem. - chasque la lengua.

– Tonterías tuyas Tenten.

Me puse de pie, estire un poco mi espalda y proseguí en avanzar hacia la cocina.

– Sólo te aviso que no te queda mucho tiempo.

Frene inmediatamente mi paso, aquello no me sonó para nada bueno.

– ¿A qué te refieres?

– Es todo lo que diré.

Tomo su laptop y se fue hasta su cuarto sin decir nada más. Mire a Neji, y él negó con la cabeza.

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Ya en eso de las ocho de la noche, encontré a Temari trabajando en la sala, me acerque a ella para ver si podía ayudarla en algo. Y sí, pero igual empezó a hablarme sobre cosas que le había dicho Itachi, y en realidad no le preste mucha atención al contexto que me daba, sólo podía escuchar ese nombre una su otra ves siendo repetido por ella.

– Shikamaru, ayudame con esto - me paso la lap –, no se como se hace.

– Llama a tú querido Itachi que te ayude. - le replique sin remordimiento alguno.

– ¿Y eso a qué viene?

La mire de soslayo, y estaba con una expresión de molestia.

– Temari, últimamente sólo mencionas a Itachi, me dejas muy en claro que no me necesitas para nada.

El hilo rojo del destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora