Silencioso Amor [Jinsoo]✔

20: Iniciativa.

Jisoo se encontraba mirando el techo blanco de su habitación, tratando de calmar los rápidos latidos de su corazón y también tratando de desvanecer el intenso color rojo de sus mejillas.

Pero no iba a resultar aunque pasara un día entero viendo el techo.

Luego de eso ocurrido el ambiente se tornó un poco incómodo pero bonito. Y vergonzoso, o al menos para ella se sintió así.

Breves minutos después la señora Kim había entrado a la habitación, preguntando si querían algo para merendar o si necesitaban algo en particular.

Ambos adolescentes simplemente negaron. Jisoo después dando un aviso de que debía irse a su casa pronto por algunos asuntos.

A Sana eso le había sorprendido y extrañado un poco, pero a Jin no. Ya sabía perfectamente la razón por la cual Jisoo quería irse.

Eso lo deprimió un poco y Jisoo pudo notarlo...

¿Pero que iba a hacer ella? ¿Qué se supone que debía hacer luego de haber besado a un bonito chico, que encima era su compañero y a la vez amigo?

No pueden juzgarla ¿Cierto? Los nervios y la vergüenza controlaron todo su cuerpito en ese momento.

Pensaba que Jin tal vez no le hablaría más después de ese beso. Tal vez él esperaba algo mejor y ella no pudo cumplirlo.

Un puchero apareció en sus labios cuando ese tonto y triste pensamiento nuevamente pasó por su cabeza.

Extendió su brazo hacia la mesita de luz, agarrando su móvil para así poder entrar al chat de Jin. Haciendo otra vez un puchero al verlo desconectado.

Joohyun entró, abriendo lentamente la puerta. Le regaló una leve sonrisa a su hija cuando ella se dio cuenta de su presencia.

Entró por completo a la habitación, sentándose en el borde de la cama mientras una leve mueca de preocupación adornaba sus labios.

—¿No estarás enferma Jisoo?—Preguntó y llevó su mano derecha hacia la frente de la menor.

Jisoo enrojeció aún más y tragó saliva. Alejó un poco su cabeza, sacando con delicadeza la mano de su madre.

—Estoy bien.

Joohyun suspiró, asintiendo rendida cuando su hija le sonrió, achinando sus ojitos.

—¿Cómo te fue con la clase de lenguaje de señas? ¿Tu compañero pudo aprender un poco más?—Joohyun también sonrió.

Las mejillas de Jisoo podían ser confundidas con un tomate o con un volcán a punto de estallar.

Relamió más de una vez sus labios, dejando sus manitos arriba de sus muslos cuando sintió como éstas poco a poco comenzaban a sudar.

Asintió con rapidez, sin darse cuenta de la curiosa mirada que su madre la estaba dando.

—¿Estás segura de que estás bien Jisoo? ¿No te duele la cabeza o algo por el estilo? Estás un poco colorada—Joohyun quiso nuevamente llevar su mano hacia la frente de la menor, pero ella se alejó rápidamente.

Jisoo simplemente asintió. No sabía qué más hacer.

—Bien—Joohyun se levantó de la cama—La cena ya estará lista dentro de unos minutos ¿Si?—Volvió a asentir—Puedes ir a lavarte las manos con tranquilidad si quieres.

Jisoo también se levantó de la cama, acomodando un poco su desordenada ropa.

Lavaría sus manitos y también mojaría con agua bien fría todo su rostro para tratar de calmar todas las emociones que quería dejar salir.