29: Palabras bonitas.

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Un jadeante Jisung corría como podía por los pasillos de la escuela, importándole muy poco si se chocaba con otras personas, actualmente eso era lo de menos.

Tenía un lugar a donde ir y no quería desperdiciar el poco tiempo que tenía. 

Sus manos se posaron en sus rodillas, tratando de calmar un poco su respiración debido al pésimo estado físico con el que cargaba.

Observó las gradas y a los lejos una jovencita pelinegra sentada en el césped con su espalda apoyada en el tronco del gran árbol.

— ¡Jisoo!—Gritó, aunque sabía que ella no se daría cuenta de su presencia tan rápidamente.

Siguió corriendo hasta llegar a ella, una mueca triste apareciendo en sus labios al ver sus ojitos llenos de lágrimas.

Se colocó en cuclillas y tomó sus manos con las suyas, dejando una que otra caricia sobre la zona.

Su cabello junto con su ropa se encontraban completamente manchadas debido a la bebida que Soyeon le tiró encima segundos antes.

Kim observó con una vista nublada al castañito, siendo imposible que su labio no temblara al mirarlo.

Su rostro se deformó, poniéndose rojo otra vez. En los bordes de sus ojitos se acumularon más lágrimas saladas, deslizándose una por una por sus regordetas mejillas.

Bajó la mirada y la ocultó entre sus rodillas, apretando con fuerza sus ojos para tratar de calmarse, siendo esto imposible. Todo esto luego de zafarse del agarre de sus manos.

Jisung dejó dos toquecitos en su brazo izquierdo, insistiendo hasta que la menor lo viera a la cara nuevamente.

Sin tener otra opción, Jisoo volvió a elevar su rostro y tragó saliva una vez vio la mano extendida de Han en frente suyo.

—Vamos a la sala de dirección—Comentó el castañito una vez la menor se levantó del césped.

Jisoo hizo una mueca. No tenía su cuaderno a mano, lo había dejado tirado en el suelo apenas salió corriendo de la escena que hizo junto con Soyeon.

—O prefieres otra cosa—Jisung volvió a hablar, captando nuevamente la atención de la pelinegra.

Ella negó, esperando a que el castañito entendiera a lo que quería referirse.

Quiero irme a mi casa.

—Está bien.

Los ojitos de Jisoo se abrieron en demasía, sin poder creer que Jisung logró entenderle.

—Aprendí un poquito en mi casa. No solo Jin puede hacerlo—Bromeó, levantando sus dos pulgares.

Apenas entendió el nombre del otro jovencito, su corazoncito se oprimió. ¿Estaría buscándola justo ahora? ¿Debía dejarlo solo y hablar con él luego?

Tenía muchas ganas de irse, pero también quería darle explicaciones a Jin.

Pero sabía que él le preguntaría qué fue lo que en verdad sucedió y no quería llorar mientras intentaba explicar la situación.

No quería romperse frente a él.

— ¿Vamos... Jisoo?—Jisung volvió a extender su mano derecha, esperando un gesto positivo por parte de la contraria.

La nombrada parpadeó, esfumando esos pensamientos. Terminó asintiendo como respuesta y entrelazó su mano con la del castañito.

Vería a SeokJin luego. Ahora no podía hacerlo. No tenía el valor ni los ánimos suficientes.

Silencioso Amor [Jinsoo]✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora