Silencioso Amor [Jinsoo]✔

6: Ojitos aguados.

Jisoo levantó su cabeza cuando sintió la presencia de su hermanita menor Lía.

Le sonrió e hizo un asentimiento con su cabeza, dando a entender que podía entrar a su habitación.

Lia cerró la puerta y, dando uno que otro saltito, se sentó en la punta de la cama junto a su hermana mayor.

—¿Por qué tan feliz?

Jisoo abrió sus ojos en par en par debido a esa tan repentina pregunta. Frunció su ceño y negó con su cabeza, sin entender a qué se refería su hermana.

La menor rodó los ojos y llevó dos de sus dedos hacia su propia mejilla para después señalar a la mayor.

Jisoo, por inercia, llevó sus manitos hacia sus mejillas y sintió éstas calientes y hasta podría deducir que estaban rojisimas.

Bajó su mirada, con vergüenza, y luego rascó su nuca, tratando de evitar a toda costa la mirada burlona de su hermana menor.

Lia tocó con delicadeza la pierna de Jisoo y le sonrió con amabilidad.

—¿Por qué estás así?—Nuevamente la mayor frunció su ceño—Estuviste sonrojada todo el día. ¿Por qué?

Jisoo se coloreó aún más y agarró una almohada de pollito que tenía cerca y golpeó a su hermana.

Lia soltó una fuerte carcajada y agarró la almohada y la alejó de la mayor.

—¿Qué es lo que te trae así?

Jisoo puchereó como toda niña pequeña y suspiró.

—Es un chico.

Lia abrió de par en par sus ojitos y se contuvo las ganas de gritar ya que, si lo hacía, seguramente su hermana la hubiera golpeado con otra almohada para que se callara.

—En estos días ha estado conmigo, me trata muy bonito y ayer él me defendió.

Y Lia ya no pudo contener el grito que dejó escapar de sus labios. Se subió a la cama de la mayor y comenzó a dar muchos saltos sin parar.

Jisoo la agarró del brazo y la jaló, haciendo que cayera de rodillas en la cama, pero eso no evitó que la menor riera con diversión y alegría.

—¿Es tu amigo?

Jisoo abrió y cerró su boca con rapidez, mientras intentaba buscar la respuesta correcta hacia esa pregunta.

—Creo que sí. Apenas y lo conozco. Es todo cuestión de tiempo, eso creo.

Lía asintió con una sonrisa. Soltó un chillido para después avalanzarse hacia ella y rodearla en un abrazo, logrando que ambas cayeran en la cama con una sonrisa plantada en sus labios.

Estaba tan feliz por su hermana...

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Al otro día...

Jisung bajó del auto luego de saludar a su padre y cerró la puerta.

Una de sus cejas se arqueó al ver a su nuevo amigo SeokJin casi entrando a la escuela mientras que hablaba solo.

Se encogió de hombros y se acercó a él. Tocó su brazo, haciéndolo sobresaltar.

—¡Dios! No me asustes así—Bufó el mayor y acomodó mejor la mochila que se encontraba colgada en su hombro.