Silencioso Amor [Jinsoo]✔

30: Verdaderos sentimientos.

— ¿Has hablado con Jisoo? ¿La viste ya?—El chico de mejillas regordetas le preguntó al mayor.

SeokJin golpeó su propia banca con sus cortas uñas. No tenía los ánimos suficientes para responder aquella pregunta.

Kim Jisoo no ha asistido a la escuela desde que habló con ella por última vez.

—No—Terminó respondiendo con sus ojos perdidos en algún punto fijo.

Jisung abultó su labio inferior y entrelazó sus dedos, comenzando a jugar con ellos por unos segundos.

—Solo espero que esté bien y que vuelva pronto—Murmuró el más bajito con un ligero tono triste.

SeokJin mordió el interior de su mejilla sin contestar. Ni siquiera tenía pensado decir algo más con respecto al asunto.

Pero si. Él también esperaba que estuviera bien y que volviera nuevamente.

Necesitaba verla.

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En la tarde...

El cuerpo de Jisoo se encontraba plasmado en su cama desordenada. Entre sus manos se ubicaba un peluche de conejito mientras su labio inferior formaba un tierno puchero.

Había pasado casi una semana desde que sus piecitos no pisaban la escuela y sabía que estaba mal ya que se atrasaría y tendría que pedir todo lo que habían dado en estos días.

Pero a veces uno necesitaba un descanso de todo para poder ordenar su cabeza.

Y por fin ella pudo tomárselo.

Jamás lo hizo y estaba segura de que hoy era el momento justo para hacerlo.

Sabía que tendría que volver, que debería de verle la cara a Soyeon junto con Jinyoung.

También tener que enfrentar el bonito rostro de Jin, aunque eso no le molestaba mucho. En realidad la ponía muy nerviosa.

Y era porque, cuando el nombre de ese jovencito de cabellera oscura pasaba por su cabeza, solo pensaba en una sola cosa.

Pareja.

Esa palabra de seis letras rondaba por su cabeza cada dos segundos, tiñendo sus mejillas de un lindo rosita mientras aceleraba su corazón como loco.

Todo dentro suyo decía a gritos y también anhelaban que fueran más que simples amigos.

De solo pensarlo miles de mariposas volaban en su estómago, ocasionándole muchos nervios.

Una pequeña parte suya tenía muchas ganas de dar la iniciativa, pero el miedo e inseguridad era aún más fuerte dentro suyo. Lograban tomar el contro de todo.

Su labio inferior quedó atrapado entre sus dientes, su pie derecho comenzando a moverse de manera impaciente a pesar de estar acostada en la cama.

Presentía que volvería a deprimirse. ¿De qué servía este tipo de cosas? Jin merecía algo mejor. Tal vez en su ausencia hizo más amigas y ahora debe de hablar con ellas hasta que comenzaran a sentir algo más uno por el otro.

A veces su mente exageraba un poco las cosas, pero era algo que no podía evitar.

Todas las ganas de querer levantarse de la cama se esfumaron en simple segundos.