Silencioso Amor [Jinsoo]✔

22: Chico nervioso.

Sábado.

Lisa bajó del automóvil, sonriéndole a Jisoo y a Lía una vez las vio afuera de la casa. 

—¿Qué hacen?—La tailandesa preguntó, colocándose por unos breves segundos en cuclillas.

—Mamá nos dejó regar las flores de aquí adelante. Es bastante entretenido aunque no lo parezca—Lía se encogió de hombros después de contestar.

—En vez de regar, parece que simplemente la están observando. Serán regañadas—La chica de cabello rubio arqueó una de sus cejas.

—Si, pero tú no dirás nada—Jisoo la señaló con su dedito, entrecerrando levemente sus ojos.

LaLisa rio y llevó su dedo índice hacia sus labios, asintiendo en el transcurso.

Se levantó del césped y fue hacia la puerta de la casa que ya estaba abierta.

Entró con tranquilidad, sonriéndole a Joohyun cuando la mujer salió de la cocina.

—Que gusto es verte por aquí Lisa—Habló la mujer, dejando la bandeja con algunas galletas en la mesa—¿Vienes a ver a Yoongi?

—Si. ¿Está en su habitación?—Joohyun asintió.

—Si quieres puedes llevarle algunas galletas. Ha estado estudiando mucho, debe comer algo—La jovencita asintió sonriente y tomó unas cinco galletas. Ella no tenía tanta hambre, así que deducía que no comería.

Mientras tanto, en la planta de arriba.

Un chico de tez pálida se encontraba observando por la ventana de su habitación.

Estaba viendo como sus hermanas menores se divertían en la entrada de la casa, sonriendo en grande mientras interactuaban mediante señas.

Mordió las uñas de su mano izquierda, sintiendo como una punzada iba directamente hacia su pecho.

Entró en pánico cuando escuchó pasos acercarse a su habitación, por lo que rápidamente volvió a sentarse en la silla giratoria.

Giró un poco su rostro cuando escuchó la puerta abrirse, sonriéndole levemente a su novia una vez la vio allí parada.

—Tu mamá hizo galletas, así que me dijo que te trajera un poco. Has estado estudiando mucho. Debes comer algo—La tailandesa acarició con su mano desocupada la cabellera oscura del chico mayor.

—Gracias cielo—Yoongi nuevamente le sonrió y dejó las galletas en el escritorio.

LaLisa acomodó su cabello y frunció un poco su ceño al ver lo que estaba en la pantalla de la computadora de su novio.

—Yoongi... ¿Qué haces?—Preguntó confundida.

—Yo... ah...—El pálido tragó saliva una vez soltó miles de balbuceos.

—Pensé que ya te sabías las señas más básicas...—Murmuró la rubia, ahora observando nuevamente la pantalla—¿Por qué te las estás aprendiendo de nuevo?

—Yo...—Balbuceó una vez más—Las... las o-olvidé...

En ese momento Yoongi soltó un sollozo.

—Oye—LaLisa tomó entre sus manos las mejillas sonrojadas de su pareja, tratando de tranquilizarlo—No te preocupes cielo, a veces son cosas que pasan. Te ayudaré nuevamente a que las vuelvas a aprender, tranquilo. No debes llorar por eso.

Yoongi soltó otro sollozo aún más fuerte.

Después de tanto tiempo, ya no podía aguantar. Las lágrimas simplemente salieron de sus ojos como una cascada.