SATURNO AG [Aidan&Tu]

C A P Í T U L O 12

N A R R A _ _ _ _
(Reproducir música de multimedia)

Estaba recostada en el respaldo de mi cama con mi diario en mi mano. En mis pensamientos estaba Aidan, ¿es peligroso enamorarte de tu mejor amigo?, claro que si. Porque somos amigos, yo simplemente soy su mejor amiga nada mas.

Pensé en el día donde me di cuenta de ese sentimiento. Era día de San Valentín, el y yo compartíamos un helado de chocolate, a el no le gustaban mucho pero lo hizo por mi. Desde el principio me pareció tierno. Ese día me confeso que se iría Toronto.

Teníamos 14 años en ese momento. No nos abrazamos porque nos incomodaba a ambos, pero ese día lo hicimos nos abrazamos fuerte, fue gracioso porque cuando nos separamos del abrazo estábamos con nuestras camisetas manchada de helado, somos demasiado torpes. 

Pensó que me enojaría, fue cuando me di cuenta que para mi ya no era un amigo.

Acaricio mi mejilla y pude sentir un revoloteo en mi estomago, no era desagrádale mejor dicho era agradable mis mejillas se sonrojaron de inmediato. Vi a Aidan, era la primera vez que veía directamente esos hermosos ojos verdes. Sus hermosos ojos verdes.

—Estoy enamorada de ti—dije refiriéndome a Aidan— Pero no te diría. Necesito encontrar las palabras para decirte como me siento—murmure mientras escribía esas mismas palabras que salían de mi boca en mi diario—pero se que al final... seguiré esperando por ti.

Si le decía ahora. Dijo yo se que para mi ya no hay amistad, o por mi parte, se que lo amo. ¿Que pierdo?, pues podría perderlo a el. Madd y el pasan mucho tiempo juntos la verdad, tal vez hasta ya sienta cosas por ella.

No quiero perderlo, se que sueno egoísta, pero no quiero perderlo.

—No deberías ser cobarde... tal vez el sienta lo mismo—me levante y me mire en el espejo. Estaba con una polera de color negra y unos jeans preciosos para mi. Acomode unos de mis mechones rebeldes y suspire.—debes decirle...—parecía loca hablando con mi reflejo— pero tengo miedo.

Dios mi nombre ahora debería ser cobarde.

Di unos leves golpes a la pequeña mesita de done me estaba apoyando.

—A la mierda lo amo.

Me arregle un poco mi pelo y salí de mi habitación a la de Aidan. Iba a decirle.