- Sukuna-sama, por favor devuélvame a Yuji-sama, es hora de su leche.- Pidió por tercera vez mientras seguía cuidadosamente mis pasos.
- No molestes Uraume, además, no tengo idea de que estas hablando.- Mis pasos se volvieron mas rápidos intentando de evitar a la maldición y, posiblemente, que me arrebate al pequeño mocoso que tenia escondido.
Él es solo mío, de nadie más.
Una ligera risa llamo mi atención e hizo detenerme para admirar ese encantador sonido, el pequeño Omega que estaba en dos de mis brazos se encontraba balbuceando y riendo de no se que cosa, tal vez le parecía gracioso parecer un delincuente o un descuidado por no querer irse con Uraume.
Pasando unos segundos la mueca del mocoso pasó a ser de una alegría extrema a un dolor exorbitante.
Y seguido de eso...las lagrimas.
¿Cómo tanto llanto puede caer en un cuerpo tan pequeño?
- ¡Uraume!, haz que se calle, por el demonio.- Grite al momento de que sus lloriqueos no fueron para nada tierno. De un segundo para otro, el pequeño mocoso había desaparecido de mis brazos para ser tomado y mimado por la maldición.
Se me había olvidado que los mocosos humanos debían beber leche, por suerte no le ofrecí una pierna humana para comer.
- Yuji-sama, su biberón estaba preparado.- Sin decir nada más, se fue del pasillo para ir a atender al mocoso.
Visualice como mi Omega se iba muy feliz al momento de ser retirado de mis brazos.
La traición.
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Aunque pase el tiempo |SukuIta, Omegaverse|✔
FanfictionCuando conoces al Omega que está destinado para ti, lo menos que quieres es separarte un solo centímetro de él. El rey de las maldiciones Sukuna, conoció a lo que sería su destinado en un tierno bebé. Y lo único que desea es que crezca y cumpla la m...