- Amor, toma un par de kimonos de tus muebles, de preferencia los transparentes, lleva una sandalias, las sabanas del tatami, el botiquín y mi lanza. Yo echare los pergaminos importantes, una muda de ropa y las bolsas de oro. Nos mudamos del templo.- Declare tomando la mayor cantidad de cosas en mis manos, incluyendo a Yuji.
- ¿Qué?, pero Sukuna-san, ¿no esta pensando esto muy rápido?- Murmuro agarrando mi lanza, el tatami y sus kimonos, mientras estaba en mis brazos.
- ¿Rápido?, creo que es el mejor momento de nuestras vida independizarnos de esas porquerías de maldiciones.- Declare firme.
- Y, ¿Dónde vamos a vivir?
- Cualquier lugar que tu estés, es un hogar para mi. Pero si te preocupa, compre el terreno que esta al norte de las aldeas.- Mencione viendo la habitación en busca de lo que iba a necesitar.- Tengo un carro en la parte trasera del templo, no iremos en eso.
- Pero, Uraume-san y mi hermano ¿no se darán cuenta?
- Tranquilo, ya pensé en eso, serví un poco de mi sangre en los dulces que hiciste en la noche, no es nada mortal, pero los dejara atontados por unas horas, o días. Se darán cuenta que no estamos cuando ya tengamos cinco hijos en camino.- Deje a Yuji en la entrada de la habitación y yo regrese para buscar lo ultimo que me faltaba.
Tome los anillos que tenia escondidos en una de las maderas de la habitación. No estoy diciendo que la salida sea una excusa para pedir matrimonio, pero quizás Yuji amanezca con dos joyas en sus dedos y solo él puede interpretar el significado de estos.
Los guarde muy bien en el kimono y salí para preparar todo.
Deje en orden las cosas en el carro e invoque unas cuantas maldiciones de baja categoría para que tiren de él.
Esperen, ni siquiera pregunte lo mas importante.
- Yuji.- Mencione su nombre mientras lo tomaba de su cintura y lo sentaba en mis piernas.- ¿Estas seguro de hacer esto conmigo?
Era algo tarde, pero si mi Omega decía no, pues no quedara de otra que raptarlo.
- Sukuna-san, no debe de preocuparse de mi, yo iría a donde usted vaya.- Con sus manos tomo mis mejillas y dio un tierno beso en mis labios.- Además, yo también he estado pensando que deberíamos de tener un tiempo a solas.- Murmuro escondiendo su rostro en sus manos. Sonreí gustoso.
Bueno, creo que esta es la luz verde que he estado esperando, y Yuji lo va a gozar.
Al lugar que llegamos fue todo lo que estaba esperando. Un gran terreno, con una gran casa principal, dos hermosas fuentes en la entrada, un sector para el cultivo, y unos cuantos cerezos en crecimientos. A Yuji también le había gustado, su ligero aroma dulzón lo había delatado, además de que al poner el primer pie en el lugar, él había comenzado su instintivo trabajo; llenar con sus feromonas cada rincón de la casa.
Mientras mi Omega se dedicaba a curiosear, yo me tome el tiempo de bajar las cosas del carro y ordenarlas en la sala principal. Tome las sabanas y el tatami en mis manos y busque a Yuji por las habitaciones.
Lo encontré en uno de esos cuartos pequeños dedicado a los cachorros de las familias.
- ¿Yuji?- Pregunte sacando de su ensoñación. El se giro y me dedico una suave sonrisa mientras tomaba las sabanas de una de mis manos.- ¿Estas bien?
- Si, Sukuna-san, es solo un tontearía. Mejor vamos a ordenar, que el té no se hará solo.
Eche un ultimo vistazo a la habitación antes de que Yuji la cerrara, ya sabia lo que estaba pensando mi Omega, quizás sus instintos estén hablando por él, pero su aroma no podía engañarme.
Yuji estaba pensando en cachorros.
Para cuando la luna tocaba el alto del cielo, nos fuimos a dormir. Mis sentidos estaban totalmente alerta ya que al ser un sitio nuevo, desconocía lo que podía estar a nuestro alrededor, así que el plan de dormir cómodamente junto al de mi Omega tendrá que ser para otro día.
Mis manos se encontraban dando ligeros masajes por toda la espalda de Yuji, de vez en cuando bajaba hasta sus muslos, pero después subía rápidamente pensando que a él le podría incomodar. Aunque para minutos después, la mano de mi Omega las dirigía a la zona tentadora y un poco mas abajo.
Ah, era el cielo.
- Sukuna-san, yo...
Me separé levemente, pero él se aferraba a tal grado de esconder su rostro en mi pecho.
- ...Lo amo, lo amo mucho Sukuna-san.- Menciono en un tierno susurro. Detuve mis caricias, logrando separar ligeramente mi cuerpo del suyo, mi vista paso a su rostro buscando alguna negativa, sin embargo, lo que encontré fue la mas hermosa y deslumbrante sonrisa de mi Omega.
¡Él me había dicho que me amaba!
Sin poder salir del asombro bese con torpeza sus labios. Respire profundo y mi corazón dio un brinco.
- También te amo, Yuji. Mas de lo que crees.
Sus hermosos ojos se llenaron de lagrimas y se aferro a mi torso. Lo envolví en mis brazos y repartí suaves besos por toda su cabeza.
- ¡Tengamos una gran familia, por favor!
Esperen, denme un segundo para procesar.
Uno.
¡Maldición!
¡Oh, si!
¡Es real!, y esta vez, no estaba soñando.
¡Voy a embarazar a Yuji!
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Aunque pase el tiempo |SukuIta, Omegaverse|✔
FanfictionCuando conoces al Omega que está destinado para ti, lo menos que quieres es separarte un solo centímetro de él. El rey de las maldiciones Sukuna, conoció a lo que sería su destinado en un tierno bebé. Y lo único que desea es que crezca y cumpla la m...