XII

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- Sukuna-san, hágame un hijo, por favor

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- Sukuna-san, hágame un hijo, por favor.- Murmuro bajito mientras su pelvis se restregaba con la mía en un movimiento lento. Trague saliva y tome firmemente las caderas de Yuji.- Denme muchos hijos, Sukuna-san, quiero muchos cachorros.

- Lo lamento Yuji, pero prometí no tocarte hasta que estuvieras listo.

- Pero lo estoy, Sukuna-san, estoy muy listo para usted. Solo quiero que me llene...- Su voz se volvió lenta y sus labios se estaban acercando.

- Yuji...

Bueno, ¿quien soy yo para negarme a los deseos de mi Omega?

Después todo se inundo, la habitación en la que estábamos se había llenado de agua y no parecía querer salirse. Yuji estaba disfrutando de todo esto, nadaba con gracia, mientras que yo estaba horrorizado al no poder respirar bajo el agua.

Y desperté, estaba todo mojado y mi lado no estaba Yuji pidiéndome hijos a montones, sino más bien había una Uraume muy enojada junto con una vasija con agua.

- ¡¿Que demonios?!- Grite al momento de toser y sacar toda el agua que había tragado.

- Sukuna-sama, ¿se puede saber que demonios esta soñando?- Dijo con esa mirada que lo único que ocasionaba era terror.

- Nada que te importe.- Murmure enojado. Pase mis manos por mi pelo peinando hacia atrás y seque mi cara con uno de los paños que me ofrecía.

Me senté en el futon y mi vista bajo a mi entrepierna.

Ah.

Estaba erecto.

- Usted es un asqueroso, mire que pensar en cosas depravadas con el inocente de Yuji-sama.- Dijo con dolor y asco en su voz.

- ¡¿Y que quieres que haga?!, si parece que con cada día que pasaba él se vuelve más bonito. ¿No has visto su cara, o sus piernas?, es malditamente perfecto.

- Será mejor que se bañe con agua muy fría si no quiere traumar al Omega.

- ¿Me lo dices por que soñé con él, o por lo que tengo entre las piernas?

Digo, por que es monstruosa.

- ¡Ambas!, ahora largo de aquí.

Mire el collar que tenía en mi mano, era de un hermoso cuarzo rosa y esperaba a que Yuji le gustara

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Mire el collar que tenía en mi mano, era de un hermoso cuarzo rosa y esperaba a que Yuji le gustara. Tenía pensado regalárselo hoy en la noche, antes de irnos a dormir y declararle mi gran atracción que tenía por él.

Aunque creo que era más que obvio.

En unos de escondites secretos que tenía en el templo, tenía dos bonitos anillos de boda, no podía decidirme por cual darle una vez que nuestro amor se vea unido, por lo que le regalare los dos.

Lo mejor para Yuji.

Devolví los anillos al escondite y volví a la casa principal con la caja del collar en mano. Lo dejé en el mueble de la habitación y volví a la cocina donde estaba el Omega haciendo un estofado.

- Sukuna-san, ¿tiene hambre?- Asentí lentamente.- En unos momentos estará la comida. Hice un postre de frutas, ¿le gustaría probarlo?- Volví a asentir. Probar las comidas de Yuji era como tocar el cielo.

- Sukuna-sama, no moleste a Yuji, mejor recoja la mesa y guarde el sake.

- ¡¿Sukuna-san ha estado bebiendo?!- La mirada dura de Yuji me dolió.

- No lo volveré a hacer.- Murmure bajo y dócil.

Se aprovechan de que mi corazón de enamorado.

Hice lo que me pidieron y comimos en un agradable silencio, cuando terminamos Uraume levantó las cosas sucias y se marchó a la salida, nosotros nos fuimos a la habitación principal. Yuji pasó al baño para cambiarse el kimono verde limón, por uno totalmente blanco.

Antes de que se acostara totalmente, tomé sus manos con las mías.

- Y-Yuji, tengo que decirte algo.- Mencione sujetando sus cintura con los dos brazos restantes.

- Dígame, Sukuna-san.

- T-tengo un regalo para ti.- Bajo la atenta mirada del peli rosa, saque la caja con el collar y aún dudando, se lo entregué. Lo abrió bajo mi atenta mirada y su mirada se iluminó.

- Suku...- Murmuró, tomando el objeto en sus manos.

- Quiero que seas mi Omega, Yuji, mis sentimientos son muy sinceros, pero no quiero que te sientas forzado a algo.- Su mirada se suavizó y pequeñas lagrimas caían desde sus ojos.

Su labio inferior tembló y se aferró al collar.

- Yuji, me gustas, acepta mis sentimientos.- Baje la cabeza y espere una respuesta. Esta demás decir que todo en mi temblaba y no podía evitar sentirme nervioso.

- Me gustas, solo puede estar Suku en mi vida.- Murmuró con un sonrisa.- Por favor, cuide bien de mi.

El nerviosismo en mi cuerpo desapareció y se lograba sentir como el tiempo pasaba muy lento a nuestro alrededor y no podía pensar en lo feliz y afortunado que era teniendo a Yuji a mi lado.

- Me encantas, Yuji.

Y deposite un tierno beso en su frente.

Paso uno de tres para tener cachorros, listo.

Aunque pase el tiempo |SukuIta, Omegaverse|✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora