- Suku, creo que se movió.- Murmuró Yuji acostado en el carro.
- ¿Que?, ¿tu pene?- Digo emocionado.
Es que hace mucho que no lo hacemos y me siento olvidado.
- ¡N-No!, el bebé, tonto.- Se quejo con un tierno sonrojo.
Wow, me dijo tonto, Yuji se esta volviendo salvaje. Lo dejaré pasar, solo esta vez.
Sonreí para tranquilizarlo y deje que guiara mi mano, en pocos segundo mi palma ya se encontraba en su abultado vientre. La movió lentamente e hizo un poco de presión en dichas zonas. En unos poco movimientos no había pasado nada, Yuji se veía decaído así que decidí poner de mi parte.
- Ey, mocoso.- Mencione bajo dirigiéndome a la pequeña persona que reside en el cuerpo de Yuji.- Golpea mi mano o te daré siete años de mala suerte.- Yuji soltó un risa y en el momento menos esperado, el bebé dio un golpe en el lugar donde estaba mi extremidad.
Mi corazón retumbo ansioso, le di un beso en el vientre de Yuji y espere a que diera otro golpe, cosa que no sucedió.
- Quizás quiere que le vuelva a hablar, Suku.
Al menos alguien si me quiere escuchar.
- Vamos mocoso, vuelve a patear mi mano.- Declare.
Nuevamente pude sentir el suave movimiento bajo mi palma, eso me animo a seguir conversando con el bebé por un buen tiempo.
- Sukuna-sama, lamento interrumpir pero la comida esta lista.- Menciono Fushiguro al mismo tiempo que apartaba levemente la cortina de la carreta.
Por unos segundo me quede helado, en ningún momento le pedí que preparara algo y parecía no molestarse por eso. Bueno, que mas da, Uraume ya tienes reemplazo.
- Esta bien, en un momento vamos.- Él asintió y se marcho del lugar, acomode el kimono de Yuji y lo ayude a levantarse.
- Al parecer te llevas muy bien con Fushiguro-kun.- Dijo con un tono ligeramente molesto.
- Si, es un buen chico, me agrada su compañía.- Mencione a la ligera tanteando el terreno, no quería que Yuji se molestara pero me gustaría ver su reacción.
- Se nota.- Su ceño se frunció y camino mas rápido dejándome atrás. Lo escuche murmurar unas cuantas cosas y patera algo enojado las pequeñas piedras en el camino.
Oh por dios, ¡alerta roja, alerta roja!, Yuji esta celoso.
- ¡Estoy gordo!- Grito en lagrimas mientras se desquitaba con un pedazo de pan.
El pobre sustento no tenia la culpa. Mire el pequeño pedazo de alimento hecho añicos en el suelo, me lo pude haber comido con mermelada de fruta; dios que triste.
Recemos por el pan.
Después intente de mantener a Yuji tranquilo, lo tome por sus manos e hice que me mirara.
- Maldita sea Yuji, ¿Qué te hace pensar eso de ti?- Declare con notable preocupación, sus labios hicieron un tierno puchero y sus ojitos se llenaron de lagrimas.
- E-es que...Fushiguro-kun...
- ¿Te dijo algo?- Por que si fuera así lo mato de inmediato. El negó con la cabeza.- ¿Entonces?
- ¡Fushiguro-kun, tiene el vientre plano!- Y se puso a llorar como si fuera el fin del mundo.
Esperen, ¿Yuji se puso a llorar solo porque Megumi tiene el vientre plano?, dios, las hormonas de embarazado cada vez se hacen notar.
- Yuji, Megumi tiene su vientre plano porque él no estaba embarazado.- Mencione lentito, bueno tampoco puede.
- Suku...- Hablo bajito, pensé que ya se había tranquilizado, pero ahora su rostro era de enojo.- ¡¿Por que lo llamas por su nombre?!, ¡¿me vas a dejar?!, ¡Suku ya no me quiere porque no tengo una barra de chocolate en la panza!
Para tranquilizarlo hice lo único que lo podía calmar, le di una nalgada.
Él dejo de llorar.
- Yuji, si te hago el amor ahora, ¿dejaras de pensar en esas cosas?- Hable firme.
- N-no, porque te daré asco, estoy gordo.- Murmuró aún enojado.
- No, no lo estas, estas embarazado, llevas a nuestro bebé en tu vientre y no sabes como me calientas en solo pensar en ti en este aspecto. Te amo cariño, en cualquiera de tus formas.
- ¿De verdad?
- Si, de veritas.
- ¿Me lo juras?, por la garrita.- Susurro mientras me mostraba su meñique. Lo agarre con el mío suavemente y bese su dedo.
- Te lo juro, bebé.
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Aunque pase el tiempo |SukuIta, Omegaverse|✔
FanfictionCuando conoces al Omega que está destinado para ti, lo menos que quieres es separarte un solo centímetro de él. El rey de las maldiciones Sukuna, conoció a lo que sería su destinado en un tierno bebé. Y lo único que desea es que crezca y cumpla la m...