- ¡Suku!, hice un nuevo amigo.- Grito el mocoso mientras corría hacia mi dirección.
- ¿Qué?, sabes que tienes prohibido salir de las tierras sin mi compañía.- Le reproche levemente. ¿Qué pasaba si se lo llevaba algún extraño?
- Pero yo no salí, el niño entro, pero le mostré la salida, dijo que podíamos ser amigos.
- ¡¿Que?!- Se supone que nadie debía entrar a estas partes, por algo Uraume había puesto una barrera, funcionaba con todos los humanos excepto por los malditos hechiceros.
- Si, pero ya se fue, iba acompañado de alguien canoso.
¿Alguien canoso?
¿Un viejo?
- Mañana nos volveremos a ver en el jardín de las mariposas.- Comento con alegría.
- No.
- ¿Que?, ¿Cómo que no?
- No sabes como son realmente los humanos, mucho menos sus intenciones, no deseo que vivas ignorado y sin conocer a alguien de tu edad, pero ¿Qué sucede si es hechicero?
- Pero, ¿y si es un hechicero bueno?
- ¡No!, ninguno de ellos son buenos.
- Mjm.
- Y no servirá de nada que hagas berrinche.
- ¡Es injusto!, le diré a Uraume-san.- Amenazó apuntándome con su dedo indice.
- ¡Ja!, no le tengo miedo.
- Entonces no dormiré contigo, ¡nunca, jamás!- Esta vez su voz era mas dura y autoritaria, su aroma había cambiado de una muy dulce y exquisita, a una agria e insoportable. Él había dejado en claro sus deseos y estaba seguro que no aceptara un "no" como respuesta.-
- Espera, mocoso, ¿donde dormirás?- Pregunte burlón.
- Afuera, si tú no me dejas tener amigos, entonces no dormiré contigo jamas.
- ¿Ni siquiera en nuestra boda?
- No se que es eso, pero no.
¡Por todo lo malo!, esto es muy tierno, y me tente en reírme en su cara para no hacerlo enojar mas.
- Esta bien, pero yo estaré ahí.
- ¡¿Enserió?!- Asentí.- ¡Viva!, entonces seguiremos durmiendo juntos, para siempre.
Eso espero, mocoso.
- Mira, Suku, él es.- Baje a Yuji de mis brazos una vez que él visualizo a un mocoso de pelo negro, parecían de la misma edad, pero lo que me llamo la atención fue una presencia muy conocida.- ¡Junpei!- El niño parecía aliviado de verla y una sonrisa apareció en el rostro de ambos.- Iremos con las mariposas.
- No te alejes mucho.- Se despidió con la mano y entraron a la reserva que le tenia a él. Me quede mirando unos momentos el lugar donde desapareció el mocoso.
- Vaya, no sabia que un niño te tendría así, Estas...volviéndote débil.- Una voz de lo mas irritante se escucho a mis espaldas, obviamente ya sabia de quien se trataba.- Yuji-kun crecerá muy bonito, ¿no crees?, será un buen Omega.
- Escúchame bien Gojo 'mierda' Satoru, tocas al mocoso y eres hombre muerto.
- ¡Waa!, el Rey de las maldiciones se sabe mi nombre, que alago.- Dijo con burla, yo estaba a medio pelo de paciencia de quitarle sus horribles ojos.- En todo caso, ¿Qué harás tu para detenerme?
- De todo, si solo le tocas un solo pelo a Yuji. no tengo miedo de ser un demonio contigo.- Dije.- Y es una amenaza, aprendiz de hechicera.
Antes de que siquiera dijera algo salí del ambiente incomodo y fui a buscar a Yuji en el lugar, ambos niños estaban muy cómodamente sentado uno junto al otro en las raíces de un árbol, se les veía muy bien conversando de quizás que cosa, pero lo que mas me llamo la atención fueron los suaves besos que recibía y daba al otro niño.
Eso.
Debería.
De.
Ser.
Solo
MIO.
- ¡Mocoso!
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Aunque pase el tiempo |SukuIta, Omegaverse|✔
FanfictionCuando conoces al Omega que está destinado para ti, lo menos que quieres es separarte un solo centímetro de él. El rey de las maldiciones Sukuna, conoció a lo que sería su destinado en un tierno bebé. Y lo único que desea es que crezca y cumpla la m...