Capítulo 80 - Ciclos de la vida.

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¡Todos los días lo mismo! ¡Te dije que tienes que aprovechar el tiempo que me queda! ¡Comienza ahora! –gritó Ashley, lanzando todos los objetos que tenía a mano—. ¡Y devuelve todo lo que te lancé, ahora!

Blaze salió con la cabeza agachada desde la vivienda de Ashley, huyendo de la lluvia de ollas, palos y otras cosas que la anciana le lanzaba para que saliera a practicar.

Sí... –respondió Blaze con sueño y los ojos llenos de legañas, recibiendo el golpe de un nabo volador no identificado mientras observaba al oscuro firmamento, antes de agacharse para recoger una olla—. ¿Por qué los viejos duermen tan poco? Al menos Echleón no podía lanzarme nada aunque quisiera...

Blaze desayunó manzanas, fruta que también sería su almuerzo y cena, dieta que debía mantener para lograr aprehender la verdadera naturaleza de ellas y así poder replicarlas mediante el uso de la alquimia. Meditó hasta lograr el éxtasis alquímico, convirtiéndose en la que hasta ahora había sido su única fuente de alimento, viéndose en distintas situaciones: creciendo, cayendo desde un árbol, rodando, siendo robada, pudriéndose. Pero sus visiones se mezclaron con sus sentimientos, creándose una visión inesperada.

¡No, Albert! ¡Suéltame! –exclamó Blaze, siendo atajada por la mano derecha de Albert, quien la frotó en sus ropajes para sacarle el polvo de encima y la acercó a su boca mientras sus dientes y fosas nasales se volvían cada vez más grandes y aterradoras—. ¡No me comas, noooooo!

La joven maga salió del éxtasis con el corazón aceleradísimo, cubierta de sudor y temblando de miedo, revisándose todo el cuerpo en búsqueda de partes faltantes, arrojándose al piso con los brazos y piernas estiradas.

¡No descanses! –se escuchó decir a Ashley desde su vivienda, levantándose Blaze de inmediato.

¡Sí, señora! –exclamó Blaze, asustada, como si la hubiesen atizado con un látigo, continuando con su práctica para alojar su energía mágica en su artefacto.

La maga llevaba dos semanas practicando, logrando guardar un poco de su propia energía en el brazo que perteneció a su escudero, aunque pudo mantenerla almacenada por poco tiempo, desvaneciéndose después de un rato. Era hora de intentarlo nuevamente.

¡Ya está! Ahora, quédate allí, no te muevas... –dijo Blaze, hablándole a su energía que se resistía a quedarse quieta—. Debe ser natural, no debo pensarlo, relájate... Eso, buena chica, sé que es un lugar raro, pero debes quedarte allí. Ya te llegará compañía y rellenaremos este "artefacto".

La joven continuó con una práctica no ordenada por Ashley, golpeando el grueso tronco de un árbol envuelto en paja atada con dos trozos de cuerda, utilizando una vara larga a modo de espada para ejercitar sus habilidades.

¡Almuerzo! –gritó Ashley a Blaze para que se acercara a la casa, notando un avance en la muchacha—. Suerte que cubriste el árbol para entrenar con ese palito...

Sí, no quería dañarlo y... –dijo Blaze, siendo interrumpida por la vieja.

¡Con paja del techo de mi casa! ¡Quiero paja nueva sobre mi casa! –gritó Ashley, moviendo peligrosamente su bastón cerca de la cara de Blaze, apoyándolo en el artefacto de la muchacha—. Veo que lograste guardar algo, ahí, debajo de tu hombro.

Perdón, pondré nueva paja pronto. Al fin logré guardar mi energía, se quedó completamente quieta, incluso pude entrenar mis técnicas –dijo Blaze, apoyando su "espada" de madera en el piso y moviendo el artefacto extendido como si aleteara, evaporándose completamente su logro—. Mier...

Lástima, se perdió –dijo Ashley, girándose para servirse de la comida que preparó sólo para ella mientras Blaze se relamía por el aroma—. ¿Cuánto tiempo demorarás en cargarte nuevamente?

Blaze! [Temporada 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora