Capítulo 102 - Gracias, viejo...

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Segundos atrás...

Knightless Armor llevaba un par de minutos observando en silencio a un grupo de viajeros, oculto entre la vegetación, cuando repentinamente comenzó un tumultuoso lamento de una muchedumbre no muy lejos del lugar donde se encontraba escondido, mirando de reojo para no perder a sus presas de vista.

¿Qué es eso? –preguntó un mago de melena lisa y verdosa, desenvainando su espada, mirando en todas direcciones.

No lo sé, pero no es muy lejos de acá –respondió su amiga, maga también, tomando su báculo de madera con sus dos manos, invocando un luminoso y amarillo hechizo en la punta de su palito mágico.

Debe ser la gente del pueblo que recién pasamos –dijo un tercer hechicero, juntándose con sus otros dos amigos, guardándole las espaldas, en posición defensiva en caso de ser atacados—. Pero ya se calmó, ¿qué acaba de suceder?

Los tres magos se quedaron en silencio, mirando para todos los lados, sintiendo que eran observados. Escucharon algo moviéndose entre las hojas de los árboles del bosque en el que se encontraban, avanzando hasta su posición. Knightless Armor seguía en su escondite, captando la llegada de los gusanos roba-almas de Chained God antes que los magos viajeros, pasando todos estos entre el cuerpo de la sombra armada y la vegetación, colándose entre sus miembros y extremidades, no atacándola para nada, lanzándose estos vorazmente sobre el grupo de tres para robarles sus esencias y sus cuerpos después de su muerte.

¡Nooooo! –gritó el mago de la espada al ver a los azulados gusanos, viéndose rodeados en todas direcciones por estos, atacando a los larguiruchos y ávidos parásitos demoníacos.

Knightless Armor intervino de inmediato, atacando a los gusanos con sus brazos convertidos en largas y afiladas espadas dentadas hechas de blancos huesos, cercenando a los esbirros de Chained God, matando a todos los que llegaron a esa zona del bosque después de unos minutos de batalla junto a los tres amigos.

Gracias, amigo, nos acabas de salvar –dijo la hechicera de los hechizos dorados, quien había recibido igualmente algunas mordidas en su piel, feliz de la desinteresada ayuda recibida del extraño dentro de la armadura.

¿De qué estás hablando? –respondió Knightless Armor, convirtiendo las puntas de tres de sus dedos en tres blancos gusanos dentados, los que abrieron sus fauces de tal modo de cortar las cabezas de los viajeros con un solo mordisco, todo en menos de un segundo, continuando con el resto de sus decapitados cuerpos hasta solo dejar el suelo manchado con su sangre.

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¡Albert! –gritó Blaze, mirando la lejanía, sin escuchar las palabras que Chained God decía desde las alturas, no preparada para lo que iba a llegarle dentro de poco.

¡Blackest Moon! –gritó Chained God, lanzando un orbe oscuro y pesado, intentado darle a la desprevenida hechicera, rompiendo el suelo con la explosión que produjo su hechizo, levantándose una polvareda que nubló su visión del campo.

Blaze salió despedida por la onda de choque, quedando cubierta de polvo y con los tímpanos rotos, pero sin mayores daños, levantándose dentro de la nube de tierra que pronto se disiparía, mirando hacia el cielo en búsqueda de su atacante mientras tosía para limpiar su garganta y pulmones por la cantidad de polvo tragado.

Chained God prosiguió con su ofensiva, lanzando más y más lunas oscuras, destruyendo el terreno donde Blaze se encontraba de pie, afortunadamente fallando sus ataques, los que apenas podía esquivar la maga por la tierra que se mantenía en suspensión, recibiendo golpes de algunas de las rocas que salían despedidas por las sucesivas explosiones.

Blaze! [Temporada 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora