Capítulo 82 - Entre cenizas.

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Me dijeron que el Valle de las Salamandras queda cerca de acá, ¿pueden apuntarme la dirección correcta, por favor? –preguntó Blaze a un grupo de maleantes apostados afuera de un pueblo cuyo nombre no importaba, planeando atacar al primer transeúnte que tuviera la mala suerte de cruzarse con ellos.

Claro... pero tendrás que pagarnos con algo –dijo uno de los cuatro hombres, atajando a Blaze desde su hombro derecho, haciendo que la muchacha se detuviera—. Podría ser esa espada, tiene una bonita guarda...

¡Por supuesto! –exclamó Blaze con seguridad, desenfundándola y posando el filo del arma sobre las descubiertas manos del hombre—. Toma, es toda tuya.

¿Está hecha de hueso? –preguntó el hombre mientras revisaba el arma, sintiendo las palmas de sus manos mojadas—. ¿Qué es este líquido?

El hombre sintió un repentino malestar, entumeciéndose sus manos mientras sentía que su fuerza abandonaba su cuerpo, desvaneciéndose y cayendo al piso con la piel de su cuerpo completamente lívida, alargándose el tiempo entre inspiraciones y exhalaciones hasta que estas se acabaron.

¡¿Qué le...?! ¡Ro... Robert! –gritó uno de sus camaradas, abalanzándose con la intención de tocar a su amigo mientras Blaze recogía la espada y la guardaba en su funda, entendiendo que el hombre había muerto—. ¡Acabemos con esta hija de perra!

Blaze emitió dos pequeñas Fire Balls, impactando a dos de los hombres en sus rostros, quemándoles parcialmente las barbas, cejas y pestañas, haciéndoles caer al piso quejándose por el ardoroso ataque. El hombre que quedó de pie se paralizó ante la inesperada escena.

¡Es una hechicera y tiene un arma venenosa! –gritó con exasperación, alejándose del lugar antes de siquiera ser atacado—. ¡Huyamos!

¡Sí, y no vuelvan! –gritó Blaze mientras sus chamuscados contrincantes se levantaban del piso para huir como su indemne amigo, procediendo a murmurar—. Más les vale no volver, no tendría más para enfrentarles a parte de esta frágil espada, con esos dos ataques acabé toda mi magia disponible...

La hechicera no tuvo otra opción que vagar por el desconocido paraje, buscando el valle que Starmancer le indicó tiempo atrás, encontrándose con un terreno de color negro brillante y de formas ondeadas y fluidas, sintiendo el olor característico del azufre en las calientes humaredas que emergían desde el suelo.

Parece que hubieran derretido un cirio negro gigantesco sobre el piso... ¿está solidificada esa cosa? –se preguntó Blaze antes de pisar con fuerza sobre la roca basáltica, encontrando la dureza necesaria como para no terminar hundiendo uno de sus pies en la roja y ardiente lava.

Blaze caminó sobre la piedra sólida y ondulada, resbalándose algunas veces por la lisa superficie que adoptaron algunas rocas, internándose en el terreno hasta encontrar el enterrado cono del volcán.

Este debe ser el lugar, según lo que me describieron esas personas días atrás, pero... –dijo Blaze, comparando el lugar con la descripción que le dieron unos pueblerinos, mirando a todos lados y encontrándose completamente sola— no veo nada ni nadie a parte de la lava.

La joven comenzó a ser afectada por el maloliente vapor que la rodeaba, tosiendo e irritándosele los ojos, corriendo hacia el terreno no cubierto por la roca fundida solidificada, apareciendo repentinamente entre sus pies una gran cantidad de salamandras, debiendo esquivarlas para no pisarlas mientras huía.

¡Perdón! ¡Permiso! –exclamó Blaze, pasando entre los seres ígneos, siendo observada por estos con molestia al casi ser pisados por la asfixiada y apresurada joven—. ¡Cof, cof...! Sin duda alguna es el lugar.

Blaze! [Temporada 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora