Capítulo 68 - Realidad.

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¡Y ahora sentirás el dolor de la pérdida de algo que codiciabas! –gritó el poder de Knightless Armor, llevando su mente a una profunda depresión por haber acabado con la vida del muchacho que enardeciera sus entrañas rato atrás, envejeciendo nuevamente su cuerpo, agrietándose su piel mientras se secaban y atrofiaban sus turgentes pechos y cavidad pélvica.

Knightless se agarró la cabeza con ambas manos, curándose la herida producida por el hacha, balanceando su cuerpo en aleatorias direcciones con las piernas debilitadas y dobladas, rasgando su propio rostro con sus metálicas manoplas.

¡Nooooo! –gritó Knightless, dejando caer sus brazos, mirando al cielo con las pupilas totalmente dilatadas mientras su rostro sangraba, desapegándose del sentimiento infundido en su mente, cesando su lujuria y el dolor que su cuerpo falso le transmitía, deteniéndose abruptamente en silencio—. ¿Realmente crees que todo esto importa, no solamente para mí, sino que para toda esta existencia?

¿Qué... qué vas a hacer? –preguntó el poder de Knightless, notando como su propietario caminaba hacía el joven muerto que yacía sobre el pasto cercano al lago.

Piensas que no me atrevería a profanar esto... Esta fragilidad... –dijo Knightless, agarrando el brazo derecho del joven occiso al mismo tiempo que le pisaba el hombro, tirando de la extremidad hasta desmembrarla con su mermada fuerza—. No es que no me atreva, es que no me reporta ningún rédito.

Knightless tomó el brazo y se lo introdujo en la cavidad de su pelvis hasta tocar fondo, valiéndose de la tibia sangre que emergía de este para hacerlo avanzar en el desecado orificio, quedando la extremidad colgando desde la entrada del agujero sexual, asomándose desde el antebrazo en adelante. Luego agarró al chico por el cabello, levantándolo del piso, penetrándolo con su propio brazo por el orificio en su espalda.

Nada de esto importa –dijo Knightless, arrojando el cuerpo del muchacho al suelo para luego sacarse el brazo del interior de su cuerpo, pateando posteriormente su torso hasta quebrarle las costillas—. Esto solamente refuerza mi sentir para con los humanos, tan centrados en sus sentidos, en sí mismos, bolsas de carne sin consciencia ni poder, sin control sobre ellos mismos ni sobre nada de lo que les rodea. ¿Acaso creíste que rebajarme a su nivel haría cambiar mi forma de pensar o alguna otra cosa? Hay cosas más importantes que ninguno de ellos saben, incluyéndote, la realidad es más que una simple creencia...

No, eso no es verdad, no puede serlo... –dijo el poder de Knightless, aterrándose por lo que se le acababa de revelar, experimentando tiempos pasados como si estuviesen ocurriendo en ese mismo momento.

Era de esperarse que no lo creyeras, no tenías consciencia de ti mismo hasta que te separaste forzosamente de mí. Eramos muchos, todos infinitamente poderosos, podíamos hacer lo que quisiéramos, hasta que sucedió lo que viste. Intentamos huir, pero fue muy repentino, como un parpadeo entre sueños, y sólo yo logré sobrevivir. No sé cómo describirlo, pero eso fue algo que destruyó completamente nuestro mundo, dando paso al de ellos –dijo Knightless, recordando su vida antes de la creación del universo donde se encontraba encerrado—. Quedamos varados en el vacío, durmiendo quizá cuanto tiempo a la deriva, separados como dos entidades distintas, rodeados de los restos desgarrados de quienes eran iguales a nosotros. Sus energías fueron las que vitalizaron esta existencia, encendiendo y calentando ese frío e infinito espacio de allá arriba. Desperté sin comprender lo que estaba pasando. El entorno era agresivo, te protegí como pude, te dí tu antigua forma y te dejé escondido para que nadie lograra poseerte, aunque no pensé que desarrollarías una consciencia propia y abandonarías el lugar donde te escondí. Ahora que estamos juntos nuevamente, debería ser la entidad más poderosa de toda esta existencia, pero estoy atado a normas, a reglas que no existían en mi mundo. Supongo que ahora entiendes por qué debo destruirla, después de todo lo que te hice pasar en estos últimos años, debes entender que no hay otra forma para... ¿Qué es lo que haces?

Bhasenomot recordó su fría infancia, el hambre y la debilidad, comprendiendo al fin su concepción, nacimiento y alimentación. Salió aterrorizado de dentro de Knightless, adoptando una forma parecida a la que su propietario le creó millones de años atrás, con ciertas condiciones y restricciones que le impedirían controlarlo nuevamente, centelleando poderosamente al lado del acorazado ser, quemando el piso y la superficie de su armadura con los rayos violetas que emergían de la superficie de su nuevo cuerpo.

¡Esto no puede ser realidad, no puede ser la razón de todo, tienes que estar equivocado! –gritó Bhasenomot, huyendo del lugar con vertiginosa velocidad, atravesando el cielo, disipando un pequeño conglomerado de nubes, abandonando el planeta.

Knightless se quedó mirando al cielo, sabiendo hacía donde Bhasenomot se dirigía, comprobando el funcionamiento de su cuerpo ahora que se había quedado sin su poder.

Estás repitiendo los mismos pasos que tomé años atrás –dijo Knightless bajando su mirada, sintiendo un pequeño remanente del poder mágico de Bhasenomot dentro de la carne formada con DSH, cambiando a voluntad la forma de la armadura y del cuerpo, reparando las quemaduras en la coraza—. Estás huyendo en vano, Bhasenomot.

Knightless tomó al muchacho muerto, agrandando su yelmo, cabeza y mandíbulas para engullir la parte superior del cuerpo con un sólo mordisco, continuando con las extremidades y torso de la misma manera. La carne fue absorbida completamente, fortaleciendo y rejuveneciendo el tullido cuerpo de Knightless, haciéndole ganar algo de fortaleza física, no así fuerza mágica.

A ver –dijo Knightless, apuntando al césped, lanzando una bola de fuego a este, logrando efectivamente incinerarlo, aunque de forma bastante controlada—. Debo buscar una forma de incrementar mis poderes mágicos, al menos ya no debo cocinar la carne para consumirla ni tampoco debo iniciar el fuego manualmente.

Knightless abandonó el bosque, buscando algún tipo de alimento que le otorgara una fuerza parecida a la que Bhasenomot encontró en su infancia, la fortaleza de sus extintos congéneres, esperando ganar la fuerza suficiente para encontrarse con Blaze y eliminarla de una vez por todas. Al menos ya no necesitaba utilizar armas para defenderse, contando con la cantidad de energía mágica necesaria para activar todos los DSH que componían su armadura y cuerpo, además de poder lanzar algunos hechizos básicos.

Por otra parte, Bhasenomot viajaba por el espacio a toda velocidad, intentando hallar el lugar donde había sido escondido por Knightless hace eones, esperando encontrar las respuestas a las dudas que su propietario le había planteado al mostrarle la verdad de su existencia. Ya no solamente era el poder que Knightless ocupaba, sino que juntos fueron una entidad completamente distinta antes de que el universo en el que se encontraban insertos comenzara. Antes de que su realidad perfecta se quebrara.

Mientras tanto, Blaze era transportada a un lugar desconocido para ella, no sabiendo a lo que tendría que enfrentarse, no conociendo lo que tenía que buscar y obtener para poder salir de allí.

¡Hola, tú!

Blaze! [Temporada 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora