Capítulo 88 - Alojamiento.

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Entre los árboles del bosque, sumergido en una espesa y húmeda niebla, una sombra con forma humana intentaba acercarse a Blaze, hundiéndose en la oscuridad al no lograrlo.

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¡Qué rico...! Se agradece que me cubrieran, los gélidos elementales se me abalanzaron anoche y casi morí de frío, pero ahora estoy calentito –murmuró Starmancer, acurrucado en posición fetal sobre el piso, cubriéndose más para no perder calor.

¡¿Pero qué mierda...?! –murmuró Blaze con somnolencia mientras se despertaba del extraño y nebuloso sueño, despertándose después de escuchar las palabras del mago, percatándose de lo que el hombre no imaginaba ni presentía, exclamando repentinamente—. ¡¿Qué?!

¿Ah?, ¿qué pasa? –preguntó Starmancer, abriendo los ojos y notando que estaba cubierto por las ondinas, habiéndose derretido el esqueleto de hielo del falso cuerpo, estirándose la piel como una masa amorfa y tibia sobre el mago—. ¡Ahhhhhhhhhhh! ¿Qué hiciste? ¡Qué asco! ¡Quítate, quítate!

Starmancer se enredó con la elástica piel, hundiéndose sus dedos en esta, quedando atrapado debajo como si estuviera cubierto por una red. Los huesos se rearmaron y el cuerpo recuperó su forma humana femenina, bajando nuevamente la temperatura de la piel que los cubría, irguiéndose con expresión de pena mientras sus ojos volvían a sus cuencas y su cabello emergía de la recién armada cabeza.

Tú... –dijo el hombre con decreciente repulsión mientras elevaba su puño derecho al cielo, sentándose sobre el suelo para luego levantarse en silencio, apoyando su mano izquierda sobre el hombro derecho de las ondinas—. Perdón, no te quise tratar mal. Gracias por lo que hiciste, me salvaste del frío de la noche.

Las ondinas volvieron a sonreír, agarrándose del largo brazo de Starmancer, olvidando las malas palabras y reemplazándolas con el sincero agradecimiento.

Iré a recuperar nuestro dinero –dijo Starmancer a Blaze, siendo liberado del agarre sin solicitarlo, poniéndose las ondinas al lado de su ama que aún estaba recostada en el piso del bosque—. Nos vemos.

Sí, mientras no estemos generando nada, mejor no perderlo –respondió la muchacha, levantándose del piso al mismo tiempo que Hänä, sacudiéndose la ropa—. Aprovecha de comprar algo para desayunar.

¡Eso haré! –exclamó Starmancer desde lejos, volviendo a la zona poblada, sacudiendo una mano sin mirar atrás.

Las amigas comenzaron a repasar sus vidas nuevamente, aprovechando la ausencia del largo hombre, siendo observadas en silencio por las ondinas. Hänä notó incomodidad en las palabras de Blaze, como si fuera un animal persiguiéndose la cola.

¿Qué es lo que pasa? –preguntó Hänä hastiada de la indecisión de su amiga—. Suéltalo ya, sólo dilo, Ileana.

Maldita... Bueno, no sé cómo decirte esto, pero me gustaría que nos acompañaras en este viaje –dijo Blaze a su amiga, mirándola directamente a sus azules y calmos ojos, decidiéndose a plantearle su idea—. Toda la ayuda que pueda conseguir para enfrentar a ese viejo me es útil, pero viendo tu cara, creo que...

Eso sí que fue inesperado, déjame procesarlo, tú pidiendo ayuda... Efectivamente hay un "pero". Justamente estoy en medio de algo, estoy en búsqueda de un artefacto que podría darme una gran cantidad de poder, suficiente para ayudarte a deshacernos al fin del rancio viejo ese –dijo Hänä, ocultándole los datos exactos para evitar sermones, mostrando el desagrado que hace años sentía por el maestro de su amiga—. Por ahora no puedo ayudarte, no hasta encontrar ese poderoso "artefacto".

Está bien, no te preocupes. ¿Ese artefacto que buscas no es un trozo de Scarlet Divine Heart? Puede aumentar tus poderes al utilizar tu magia a través de él –dijo Blaze, recordando su travesía y posterior traición mediante el uso de una de esas piedras, mirando su brazo derecho—. Lo sé de primera mano.

Blaze! [Temporada 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora