Capítulo 62 - Vidas paralelas.

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Blaze se detuvo frente a su antigua vivienda, propiedad de su ahora odiado y exmaestro Echleón, mirando el lugar abandonado, pareciéndole más grande que de costumbre. Siguió su camino, llegando al Trapped Boot, comenzando sus tareas matutinas, limpiando el desorden de la noche anterior.

Chica, deja eso, me acompañarás a un pueblito cercano a Erocrets, vamos a comprar algunas cosas –dijo Alfred, el tabernero, manejando un pequeño carruaje tirado por caballos, invitando a Blaze a subir.

Está bien –respondió Blaze de mala gana, tirando el paño de limpieza de mesas, quedando pegado en una pared, sin parecer que fuera a despegarse—. Pero no entro a Erocrets, ¿está claro?

Sí, sí, recuerdo lo que me contaste; es cerca de un río, no en la ciudad –respondió Alfred, calmando a la muchacha, golpeando suavemente a los caballos para mover el carro de dos ruedas.

No recordaba cuanto tiempo le tomó regresar de Erocrets a su pueblo natal, pero sin duda el viaje en carreta demoraba mucho menos, llegando al lugar un par de horas después. El lugar le parecía conocido, pero su indiferencia ante el paisaje no le estaba permitiendo notar que estaba en un lugar que había visitado tiempo atrás, bajándose de la carreta frente a una casa donde había pasado la noche una vez.

Hola, vengo por lo de siempre, para Trapped Boot –dijo Alfred, hablando con el tendero, pasando al interior de la casa—. Chica, ven a ayudarme.

Blaze cargó varias botellas, cajas y embutidos, dejándolos ordenados en el compartimento de la carreta, quedándose a cuidar la mercancía a petición de Alfred, esperando a que saliera. Pasaron algunos minutos y su jefe no salía. En otras circunstancias se habría enfurecido, pero ya ni siquiera le animaba la idea de argüir, así que esperó en silencio, aireando su no tan sucia capa para refrescar su cuerpo desnudo. Al cabo de un tiempo, escuchó risas provenientes desde el interior de la vivienda, Alfred debía estar conversando. Se acercó para intentar escuchar lo que hablaban, encontrándose con una bella muchacha que le pareció conocida, pegando un respingo, mirando en todas las direcciones, observando el río cercano a la vivienda.

Es el Caudal de los Tiempos –murmuró Blaze, recordando incluso el nombre de la rubia y pecosa muchacha, intentando llamarla, pero su deplorable estado actual la hizo avergonzarse de sí misma, callándose antes de siquiera articular el nombre de la niña.

Ariadne se detuvo, mirando de reojo a Blaze, sin reconocerla aparentemente, entrando en su casa. Ya no era la niñita que había conocido tiempo atrás. Se notaba que había trabajado, su cuerpo era más grande y portentoso, aunque aparentemente rebasando el tamaño de Blaze por poco. Ariadne salió nuevamente, cargando una caja con frutas, ropas y otras cosas, cuando repentinamente, de la nada, emergió un Kelpie, corriendo en dirección hacia la muchacha.

Esto no puede estar sucediendo –pensó Blaze, paralizada, sintiéndose impotente sin su fuerza mágica, pero la costumbre pudo más, moviéndose su cuerpo de forma automática, atravesándose entre el caballo demoníaco y Ariadne.

El Kelpie se detuvo, golpeando fuertemente el piso con los cascos invertidos de sus patas, relinchando y botando espuma por la boca.

¡No la atacarás, maldito equino, debiste quedarte encerrado en el río que sellé! –gritó Blaze, sorprendiendo a Ariadne, mientras el Kelpie elevaba su cabeza, observándola con fulgurantes ojos a través de su neblinoso y pútrido aliento.

El Kelpie recordó a la maga que selló el río donde él vivía junto a su padre, así como el nombre que Ariadne le dijo que pertenecía a quien lo asesinó, preparando su cuerpo para atacar.

¿Blaze? –preguntó Ariadne, alterando más al equino al mencionar aquel nombre mientras depositaba la caja en el piso. Miró a la joven de pies a cabeza, luego posando su mirada con severidad sobre el oscuro y furibundo Kelpie, mostrándole su brida de plata enrollada en su antebrazo, apuntándola con el dedo índice de su otro brazo—. Recuerda lo que dijimos que haríamos en caso de que esto ocurriera algún día.

Blaze! [Temporada 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora