Capítulo 84 - Entrenamiento candente.

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Mientras Blaze rellenaba sus mejillas con la carne del venado como si se tratara de una ardilla, el suelo cercano a Soulphydia comenzó a derretirse y a fluir hacia su cuerpo, cubriéndolo completamente desde la cola a la cabeza, formándose una masa gigantesca de lava con forma de salamandra en frente de la hechicera.

¡Oh! Ya veo... –dijo Blaze, terminando de tragar la mordisqueada proteína en el interior de su boca, observando como la lava se empezaba a solidificar y ennegrecer.

¡Lava Armor! –exclamó Soulphydia, emergiendo dos inmensas alas de fuego desde el cuerpo de piedra que lo contenía, notándose entre las grietas de las rocas como la lava fluía por el interior de la solidificada armadura.

La salamandra pétrea resultante se asemejaba más a un dragón que a otro ser, batiendo sus alas ígneas para elevarse al cielo, levantando polvo y ceniza del suelo.

¡Supongo que ahora nos enfrentaremos! –exclamó Blaze mientras cubría sus ojos con su mano derecha para que los huracanados vientos producidos por el aleteo de Soulphydia no se los llenaran de cenizas.

Soulphydia se elevó más y más, alcanzando pronto las nubes con unos pocos aleteos, dejándose caer en picada sobre la muchacha y sus apegados acompañantes, pasando sobre ellos casi rozando el piso, lo que produjo un vendaval que arrastró a Blaze y compañía por el oscuro suelo de las cercanías del volcán.

Mierda... –dijo Blaze, reincorporándose después de rodar varios metros sobre el piso, empujada por el viento producido por el vuelo rasante de la salamandra armada, debiendo agarrarse de unas rocas para no seguir girando sobre sí misma—. No nos quedemos sin hacer nada, contrataquemos.

Blaze juntó el poder de las salamandras que le cubrían dentro de su brazo-artefacto, transformando la energía en poder demoníaco por primera vez, utilizando uno de sus hechizos oscuros preferidos.

¡Obsidian Lightning! –gritó Blaze, extendiéndose la afilada, oscura y relampagueante hoja desde sus manos, descontrolándose un poco por la falta de práctica de la maga—. Ya verás lo que te espera.

La maga estaba blandiendo su oscura espada demoníaca en el piso, mientras que Soulphydia la observaba desde las alturas, carcajeando desde su elevada posición.

¡¿Qué esperas para atacarme?! –gritó Soulphydia, aleteando para mantenerse al mismo nivel en el cielo, riéndose de Blaze por la inutilidad de su ataque.

Maldito... –murmuró la muchacha, pensando en las opciones que tenía—. Los ataques de fuego difícilmente le dañaran, los de agua no se me dan mucho y no pienso volar para acercarme, intentar atacar y luego vomitar.

Soulphydia bajó, removiendo nuevamente el polvo del piso con el movimiento de sus alas de fuego, poniéndose frente a Blaze, quien ya había depuesto su hechizo oscuro para no perder energía en vano.

Ya veo que puedes ejecutar tus hechizos –dijo la salamandra escondida dentro de las rocas y la lava, escuchándose una voz profunda y retumbante, como si hablara directamente desde el ardiente infierno—. Ahora veamos cómo te mueves con todas esas salamandras encima.

La salamandra atacó físicamente a Blaze, girando rápidamente para intentar golpearla con su cola de rocas, movimiento que fue evitado por la maga con un gran salto, lanzando una Fire Ball en respuesta para evaluar la firmeza de las piedras que formaban el cuerpo falso de Soulphydia.

Eso no me afectará, niña –dijo Soulphydia mientras extendía sus alas, enardeciendo el aire que los rodeaba, parándose sobre sus dos patas inferiores y abriendo la dentada boca de su armadura de roca, lanzando una larga y caliente llamarada.

Blaze! [Temporada 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora