Capítulo 85 - Dónde hubo fuego...

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Blaze y sus salamandras cenaban en torno a una gran fogata que iluminaba la noche, celebrando la exitosa batalla que tuvieron contra Soulphydia, devorando con alegría un montón de frutas y carne que recolectaron. Soulphydia estaba tendido frente a las llamas, inconsciente.

Eh –dijo Soulphydia, despertando, subiendo la cabeza desde el piso sin levantar el resto de su cuerpo.

¡Hey, al fin despertaste! –exclamó Blaze, acercándose a la salamandra, sentándose a su lado—. ¿Cómo estás?

Bien... –murmuró Soulphydia, aún debilitado, mirando al cielo despejado y estrellado, percatándose de la hora aproximada que era—. Maldición... ¿estuve todo el día acá?

Sí, te cargamos y ni te diste cuenta, te dejamos al lado del fuego para que no te enfriaras más –dijo Blaze, apuntando a dos salamandras que le saludaron alegremente—. Isati y Agni te cuidaron mientras fuimos a cazar. Come para que recuperes fuerzas.

La salamandra tomó un trozo de carne que la maga le ofreció, comiéndolo lentamente y con desgano, siendo animada por la vencedora del último combate que tuvieron.

¿Tanto te afectó el perder contra mí? –preguntó Blaze, apoyando su mano en la cabeza del animal, sacudiéndosela como si tuviera cabello sobre esta—. ¡Ánimo!

No es eso, tenía cosas que hacer y perdí un día por quedar inconsciente acá –dijo Soulphydia, desgarrando la carne en hilachas para comerla, sin levantar la mirada—. Bueno, mañana será otro día.

Mientras no sea algo urgente, mañana lo podrás hacer. Come y descansa para que estés bien –dijo Blaze, pegando unas pequeñas palmadas en la espalda de la salamandra, mirando al fuego en silencio.

Después de finalizada la celebración, Blaze y las salamandras se durmieron en torno al fuego con sus estómagos llenos, despertando apenas salió el sol en la madrugada.

Vamos con Xileen para que evalúe tus avances –dijo escuetamente Soulphydia—. Hoy no podré quedarme a entrenar contigo, debo compensar el día que no asistí.

Claro, no hay problema –respondió la joven hechicera, estirándose hasta que su espalda crujió—. Vamos.

Blaze escondió nuevamente su espada en la espesura del bosque y dejó que las salamandras se apegaran a su piel desnuda, caminando de vuelta al volcán junto a Soulphydia, quien caminó por sus propios medios. Se presentaron ante Xileen, acercándose Soulphydia a su compañera salamandra, hablándole directamente al oído.

Entiendo –dijo Xileen, despidiéndose de Soulphydia, quien se alejó en silencio después de despedirse sacudiendo su pata superior derecha—. Entonces... Soulphydia me dice que ya puedes utilizar el poder de ellas.

Las salamandras se bajaron del cuerpo de la maga ante un ademán de Xileen, dejándola semidesnuda, tapándose la joven al no tener la misma confianza con los otros animales que se encontraban dentro del volcán.

Regresen con sus familias, estarán felices de verlos tan grandes y fuertes –dijo Xileen, mientras las salamandras se despedían de Blaze, corriendo rápidamente en distintas direcciones hacia sus respectivas viviendas—. Ya sabes dónde sentarte.

Blaze se sentó en la roca en la que había sido envuelta en llamas tiempo atrás, volviendo a verse rodeada por el fuego revelador de Xileen, observando los lugares dónde sabía que tenía rasgados sus canales energéticos.

Se ven mucho mejor, te queda poco para recuperarte completamente –dijo Xileen, desviando su mirada hacia el rostro de la muchacha y notando cierta incomodidad—. ¿Te comieron la lengua los ratones?

Blaze! [Temporada 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora