Hyunjin se levantó de la cama observando como las paredes grises a su alrededor eran protagonistas de todo. La cama no era la mejor ni mucho menos súper cómoda, pero le alegraba poder despertarse sin ratas corriendo de una esquina a la otra y en un lugar con olor a alcantarilla de ciudad. Se sentó en su cama, mirando el suelo y estirándose en su lugar. Hizo un análisis mental de todo lo que ocurrió durante el día anterior y levantó su remera solo para poder ver si sus heridas estaban sanas.
Efectivamente, no había rastros de que en algún momento alguien le haya lastimado, pero si apretaba mucho el dolor volvía a aparecer. Se acomodó, peinó su cabello con sus manos y lo recogió detrás en una cola improvisada. Luego de varios segundos meditando que hora de la mañana podría ser, se levantó y salió de la habitación encontrándose con un pasillo vacío.
Caminó hasta la sala común, una fuente bastante extraña hacía presencia. Hyunjin se quedó mirandola, en sus diseños exteriores había tres personas talladas en la piedra. Un hombre con el cabello largo y una espada en su mano, hacía presencia en el lado izquierdo del tallado, tenía un expresión de enojo y estaba en posición de pelea. En el medio, un hombre más alto con una bata larga y sin rastros de cabello, tenía su mano levantada con una pequeña llama en la palma de la misma. Y por último, del lado derecho, una mujer con el cabello ondulado y largo, tenía sus dos manos levantadas, en una había un círculo sin relleno y en la otra, uno rellenado. Supuso que era luz y oscuridad.
-Las tres razas. -Se escuchó una voz en su espalda, Hyunjin se giró con sorpresa. Chris miró con atención la fuente.-Dijiste que oíste de ellas. ¿Dónde?
El menor se volvió a girar, mirando la fuente interior que contaba una historia. Historia que nadie debería saber, pues se habían encargado de ocultarla a cualquier individuo.
-Me la contaron mis padres, hay un museo en la ciudad que cerraron hace unos años. Había un mural, se llamaba "El mural de los perdidos". Se volvió polémico y famoso, pues contaba y mostraba cada desaparición tras las guerras. Todos creían que habían muerto heroicamente para salvar las tierras, pero esas personas fueran asesinadas por Aeris del gobierno y pequeños grupos aislados. Les hicieron creer que era una guerra entre países, pero era interior, era nuestra. -Soltó Hyunjin, pero cada palabra golpeaba su pecho, en algún momento decidió no creer esa historia y saber que era cierta, le hacía constante ruido en su cabeza.
-No siempre fueron enemigos. Estos tres de aquí, son Briana, Nooriel y Dries. Tres hermanos que dominaban tres partes. Dries era un Aeris que protegía a todos los humanos sin poderes, vivían en armonía, una nación destinada a las luchas pero todos allí tenían un buen corazón. Nooriel dominaba las tierra de los Ferrum, todo individuo con un poder, vivía en estas tierras, seres leales. Briana era Aurum y la más poderosa de todas, pues tenía la oscuridad y la luz en un solo ser, algo casi imposible. El problema empezó cuando sus hermanos, sobre todo Dries, comenzó a tener problemas de envidia, que pronto acabó en una guerra interior que terminó con miles de muertos. Dries creó un gas que hasta el día de hoy se utiliza, debilitó los poderes y extinguió a más de uno. Hoy en día son solo leyendas.
Chris terminó de contar aquella historia, no solo impresionando a Hyunjin, quien abría la boca en señal de sorpresa, sino que además había aprovechado ese momento para soltar sus pensamientos. Odiaba lo mal que estaba contada esa historia, no todo fue culpa de Dries ni de Nooriel, todos tuvieron la culpa, pues Briana comenzó a aprovecharse de sus poderes y pronto estuvo robando tierras que no le pertenecían. Todos fueron codiciosos, todos quisieron el doble. Nadie salió ileso.
Unos pasos se oyeron en el pasillo, ambos se giraron a ver cómo Jeongin caminaba hasta ellos con un aire totalmente despreocupado. Llevaba los guantes de cuero y una toalla colgada de su hombro.
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In My Head - [Hyunin] [✓]
Science Fiction[PRIMER LIBRO] - [#LaNuevaEra] Hace años la sociedad estaba dividida en tres importantes razas, pero la codicia del ser humano rompió este esquema y pronto, solo quedaban leyendas cubiertas de polvo y cuentos que ni los mismos niños eran capaces de...