Jun miró a Hyunjin como si fuera alguna especie extraña de ilusión óptica. Una ceja se elevó divertida y parecía más entretenido por el hecho de que su antiguo asesino personal estuviera ahí y no el porqué estaba ahí. Sonrió ladino, llevando su copa de vino hasta sus labios y mojándolos en el interior de la misma, Hyunjin sabía que esa era su personalidad dominante, pero solía tener muy poca paciencia y odiaba las balanzas no equilibradas, por lo tanto, esa solo era una faceta que podía tranquilamente romperse si decía una sola oración errónea.
—Definitivamente no te esperaba ahora. —Habló el jefe, su tono era digno de alguien que estaba a punto de irse a la cama, Hyunjin tenía muchas ganas de golpear su rostro hasta dejarlo durmiendo, pero no exactamente por el sueño.
—Las sorpresas se caracterizan por ser inesperadas, ¿No es así? —Contraatacó el castaño, sabiendo que ese tono de voz sarcástico y divertido, no lo había usado nunca con Jun.
—¿A qué debo el honor de tener a mí más grande traidor interrumpiendo descaradamente en mí habitación? —Jun dejó la copa en una mesa y miró a Hyunjin de costado.—¿Y como es posible que estés aquí ahora totalmente ileso?
—Digamos que vine a terminar lo que un día empecé. —Aclaró Hyunjin, justo cuando veía como Jun de reojo miraba un botón azul en la pared, no tenía que ser adivino para saber qué significaba y para qué servía.—Quiero que negociemos.
Hyunjin soltó aquello rápidamente, la vista de Jun volvió a pertenecerle y su cuerpo vibró al sentir que tal vez, se había equivocado y ese tiempo de descanso que se había tomado, le estaba cayendo encima como una enorme tormenta eléctrica. El castaño pensó en cuánto se paró al frente de la enorme puerta de metal que llevaba a las salas de torturacion, en mil formas distintas de sacar a Seungmin de ahí y escapar, pero también sabía que no saldría ileso de toda esa movida. El podía ser invisible, pero Seungmin no. Además, si él devolvía al menor sano y salvo al búnker, los demás miembros del grupo Aurum y Ferrum olvidarán a Hyunjin para siempre, estaba seguro que con el tiempo ya ni sabrían que existió y eso era lo mejor, que ellos se mantuvieran alejados de el horrible mundo que te daba libertad de todo hasta que ven que eres más poderoso que ellos.
—¿Negociar? —La risa de Jun retumbó en el lugar, Hyunjin tensó su mandíbula y relamió sus labios.— Hwang, tú a mí me debes una vida entera y no creo que tengas eso en tus manos, no hay ningún equilibrio entre nosotros.
—Te equivocas, hay más equilibrio del que piensas. —Habló Hyunjin, Jun había dejado de mirar el botón azul, pero el castaño seguía vigilandolo por las dudas.—De hecho, tu tienes algo que no te pertenece.
—Tengo muchas cosas, Hwang. Sé más específico. —Jun había quitado la sonrisa de su rostro, ya no era divertido tener al castaño en su escritorio general pidiéndole algo suyo.
—Hablo del chico castaño que, literalmente, secuestraste a la fuerza el día de ayer. —Se quejó HyunJin, tampoco tenía la sonrisa del principio, de hecho, había enojo en su mirada.
—Cuidado con tus palabras, Hwang. —Jun se giró en su lugar, acercándose dos pasos al menor solo para intimidarlo.—¿Hablas del dúo que cayó ayer en la tienda con dos bolsas negras en sus costados y mirando para todos lados alerta? Hwang, tu bien sabes que eso no es normal. Yo solo actúe en defensa preguntándoles que querían y ellos comenzaron a atacar a mis hombres.
Hyunjin frunció el ceño, no conocía la historia, no había llegado a apreciarla con detalle, pero había escuchado la versión de Jisung y no lo iba a negar, le creía mil veces más al chico de las raíces crecidas y un carácter súper molesto antes que a ese asesino profesional que en realidad solo se escondía en un papel superior pero no sé ensuciaba las manos por nada del mundo.
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In My Head - [Hyunin] [✓]
Ficção Científica[PRIMER LIBRO] - [#LaNuevaEra] Hace años la sociedad estaba dividida en tres importantes razas, pero la codicia del ser humano rompió este esquema y pronto, solo quedaban leyendas cubiertas de polvo y cuentos que ni los mismos niños eran capaces de...