Jeongin fue vilmente lanzado adentro de la celda, golpeando su rostro contra el frío suelo y haciendo que sus manos sean el único soporte estable, que ni siquiera duró mucho. Esperó a que los dos hombres se retiraran por el pasillo entre las celdas para poder volver a sentarse bien en su lugar, allí dentro todo era más frío y oscuro.
Al levantar la mirada, lo primero que vió fue tres pares de ojos puestos exclusivamente en el. Felix tenía la boca abierta en par, Jeongin sabía que la presencia del humo Aeris en esa habitación hacía que el peliblanco no pudiera controlar su poder. A diferencia del resto, el pecoso no perdía poder, sino que aumentaba en potencia, siendo incapaz de evitar sentir cada emoción y el menor sabía que en esos momentos, no tenía ni miedo, ni enojo, ni dolor. Estaba bien, Hyunjin había generado cosas en su interior que había apaciguado las turbulentas aguas.
—¿Ya terminaste de perder la cabeza o quieres que te golpee para ver si aún queda algo ahí dentro? —Atacó Jisung, levantándose de su lugar para acercarse al borde de su celda y mirar al menor con los brazos cruzados. Jeongin sonrió en lo bajo, sabía que debía una explicación lógica.
—¿Jeongin, que fue eso? Dime que tenías un plan en manos y no te volviste loco. —Pidió Seungmin, desde la esquina de su celda, sentado en el suelo con un charco de agua a sus costados. El menor tragó duro al ver sus cansados ojos y las enormes ojeras que comenzaba a tener.
—Lo tiene. —Admitió Felix. Jeongin se giró a ver su rostro, el pecoso tenía los labios secos y su corte en la frente mostraba señales de haber escurrido sangre que ahora estaba seca.—No estás asustado. ¿Que fue lo hiciste?
—Hablé con HyunJin. —La frase de Jeongin sorprendió a todos los presentes, especialmente a Felix y Jisung, quienes no habían hablado con el castaño desde que se fue.—De hecho, el me habló. Me pidió que nos juntaramos a arreglar las cosas y eso hicimos.
—Lo sabía, sabía que el no era ningún traidor. —Jisung se quejó en voz alta, claramente seguro de sus pensamientos.—Y Mínho no me creía.
—¿Traidor? ¿Por qué sería un traidor? —Seungmin se levantó de su asiento con el ceño fruncido, Jeongin sabía que el no había vivido todo lo que pasó en la huida de Hyunjin.—El vino aquí antes que ustedes. Me miró y se preocupo por mí, de hecho, lo primero que dijo fue que el tomaría mí lugar. Que sería un intercambio.
—¿Intercambio? Eso no me lo había dicho. —Pensó el voz alta el menor, pero toda esa conversación no hacía más que sorprender a Jisung y confundir a Felix.—Voy a contarles lo que ocurrirá ahora.
Jeongin comenzó a hablar, siendo detallista en cada una de las palabras que HyunJin le había dicho, contando con lujo de detalles todo lo que había ocurrido y el plan de mañana temprano. Salteandose la parte donde ambos entrelazaban sus manos, pues guardaría aquel acto en su cabeza como algo personal y privado. Había sentido muchas cosas en aquel tacto y se preguntaba que otras cosas podrían pasar si el tacto era aún mayor. Pensamientos que borró al instante, siendo consciente de que se estaba yendo por las ramas mentales.
—¿Entonces mañana volverán a juntarse? —Preguntó Seungmin, tratando de armar un rompecabezas en su cabeza con todas las cosas que le había lanzado Jeongin en menos de una hora.
—¿Y si te atrapan, Innie? —Felix levantó la mirada del suelo con miedo, Jeongin sintió cierta calidez en su pecho al ver qué su mirada suave y preocupada por el resto había vuelto, ese brillo que largaba solo con existir.
—No lo harán, estoy seguro que podemos lograr ganar la información que nos falta y luego, saldremos de aquí, lo prometo.—Jeongin estiró su mano entre los barrotes mientras el pecoso hacía lo mismo y los dedos de ambas manos se tocaban suavemente, haciendo sonreír inevitablemente a los dos chicos.
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In My Head - [Hyunin] [✓]
Science Fiction[PRIMER LIBRO] - [#LaNuevaEra] Hace años la sociedad estaba dividida en tres importantes razas, pero la codicia del ser humano rompió este esquema y pronto, solo quedaban leyendas cubiertas de polvo y cuentos que ni los mismos niños eran capaces de...