IV

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Hyunjin admiró sus manos y cada centímetro de su piel, podía jurar que la sensación que tenía ahora en su cuerpo era la misma que flotar en el medio del espacio. Se sentía demasiado distinto a pisar tierra, mucho más liviano y libre, pues, sabía que nadie le estaba mirando.

No iba a mentir, pensó en varias formas distintas de como acabaría su vida. Pensó en que alguien lo empujaría de un edificio, a decir verdad, quería sentir esa adrenalina por una caída. Pensó en un disparo, o muchos en el peor de los casos, pero realmente odiaba sentir tanto dolor antes de la muerte. Pensó en un suicidio, pues tampoco es que su vida valiera mucho la pena, pensó en sobredosis o incluso pensó en la posibilidad de estar ahogandose con fideos recalentados. Pero nunca en su maldita vida creyó que moriría siendo invisible. Eso era el colmo, ¿Cómo encontrarían su cuerpo así? No, eso no le gustaba para nada. Moriría en el olvido.

—No seas dramático. Deberías saber de esto hace ya tiempo. —Le reprochó la voz en su cabeza, Hyunjin aún seguía embobado con la sensación de su cuerpo.

—Tengo un montón de hormiguitas en mi piel.

Hyunjin sonrió, pero justo cuando iba a seguir describiendo las sensaciones de su cuerpo, un grito llenó el lugar, trayendolo a la realidad y alejando todos sus pensamientos de golpe.

—¡No sean idiotas! ¡Hwang está herido, no puede haber ido tan lejos! ¡Encuentrenlo! —Ordenó Jun, escupiendo las palabras como si realmente le enojara la situación en la que estaba. Hyunjin aún no superaba la sensación de su piel.

—Ojala te maten. —Se quejó Jeongin. Hyunjin, sin mirarlo, podía apostar que se había cruzado de brazos.

Decidió apartar los pensamientos, tendría tiempo de admirar su nuevo don más tarde y lejos de un montón de asesinos sin empatía. Se acomodó en la columna, apoyando su espalda en esta y notando como la misma comenzaba a desaparecer. Hyunjin se congeló en su lugar, uno de los miembros del grupo que daba vueltas por el mismo piso, pareció notarlo, pues su cabeza se ladeo con confusión y parecía hasta asustado.

Claro, lo que toco también desaparece. Genial.

El hombre alzó el arma, su rostro aún parecía asustado y en cuanto, sin pensarlo, disparó. Hyunjin sintió una vez más la sensación de miedo y su cuerpo dejó de flotar en el espacio para caer en picada a la tierra. Es decir, su invisibilidad había desaparecido y ahora se encontraba de rodillas en el suelo. Definitivamente no servía en el ámbito de la burla.

—¡Está aqu-! —El hombre se cayó de golpe en cuanto su cuerpo cayó sin vida con un enorme agujero en su cabeza.

Hyunjin suspiró aliviado, el arma que llevaba en sus tobillos aún funcionaba. Lo único que había aprendido con esa mafia era que, no importa a donde vayas, siempre lleva un arma bajo tus pantalones. Dió un giro a su pistola, colocandola en su cinturón y sabiendo a la perfección que el disparo había llamado la atención y ahora debería correr el doble de rápido.

—Lo mataste. —Pronunció Jeongin, incluso con solo oír su voz, Hyunjin sabía que estaba sorprendido y casi indignado.

Que observador eres para ser solo una voz en mí cabeza. —Respondió burlón Hyunjin, levantándose del suelo y caminando hasta el hombre que descansaba en el suelo para poder llevarse su arma.

Luego de juntar provisiones tan legales como tener un cajón de drogas en tu armario, continúo caminando con sigilo por el pasillo hasta el final de la escalera. Oyó unos ruidos provenientes de la planta baja y, sabiendo que nada bueno le sorprendería, soltó un suspiro completamente agotado, tomó el arma y se encaminó a una de las ventanas del enorme galpón, abriéndola con cuidado y sacando la mitad de su cuerpo por esta para poder observar que tan lejos estaba el suelo y que tan posible era subir al techo.

In My Head - [Hyunin] [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora