In My Head - [Hyunin] [✓]

XXIV

El menor giró su rostro directo a la puerta del lugar, los dos hombres volvían a prender un cigarro y se apoyaban en la pared para hablar entre ellos sobre algo que a nadie más le importaba. Felix estaba concentrado en ver las heridas de Jisung a través de una barrera, Jeongin solo quería saber dónde estaba el resto, hablar era para gente que tenía tiempo y en esos momentos, cada minuto era agua en el desierto más seco de todos, no podía desperdiciarlo en peleas inútiles o en esas presiones constantes en su pecho. Así que simplemente se digno a ignorar a Hyunjin.

—¿Experimentando? —Seungmin se acercó al borde de la celda, buscando que Jisung no tuviera la necesidad de hablar tan alto y así evitar griterios en vano.

—Me desperté en una camilla, había tubos en mis brazos y en cuanto giré mí cabeza, Chris estaba ahí, inconciente en su lugar mientras una mujer le tomaba sangre. Me vieron alterarme, me tomaron de los brazos y me apretaron justo una zona donde estaba lastimado, logrando debilitarme. Me apoyaron un respirador y pronto, su maldito humo verde hizo presencia. Luego simplemente desperté aquí. —Jisung dejó escapar un suspiro frustrado.—Se que matar es ilegal pero nunca tuve tantas ganas de convertir humanos en coladores como ahora.

—Lo mejor ahora es que descanses. Changbin está con ellos y no tienes un curador mágico que te sane ésta cosa, así que acuéstate ahí. Yo te cubriré la espalda. —Afirmó Felix, empujando el pecho de Jisung desde su lugar y levantándose a duras penas del suelo para apoyarse contra las barreras y mirar directo a la puerta.

—¿Te he dicho que te quiero? —Preguntó Jisung, apoyando su cabeza en la pared del fondo de la celda con una sonrisa en su rostro, Felix solo le devolvió la sonrisa bajando su mirada a su regazo.

Seungmin aprovechó que Felix montaría guardia y se dió la vuelta para apoyarse de la misma forma que Jisung contra la pared y descansar su espalda en esta. Jeongin en su lugar, esperaba oír la voz de Hyunjin de nuevo, pero en cambio, todo se mantuvo en silencio. El pelinegro se levantó del suelo solo para apoyar su cabeza en los barrotes de hierro y mirar directo a la puerta, pero justo en ese momento, un fuerte ruido hizo presencia en el enorme lugar, llamando la atención de los dos hombres y que luego de una rápida mirada, salieron de la habitación a investigar que había ocurrido.

—¿Que fue ese ruido? —Preguntó Seungmin, incorporándose en su lugar de nuevo.

Y en ese momento, una vez más en menos de media hora, el cosquilleo en su cuello fue la señal perfecta para decirle que HyunJin fue el causante de todo ese escándalo y como si eso fuera poco, estaba en la misma habitación que el, solo que no podía verlo.

—De verdad que necesito hablar contigo. —Jeongin sintió su cuerpo tensarse.—Dejame darte una explicación, luego sacas tus conclusiones. Por favor, no quiero...

Hyunjin se calló, Jeongin sabía que los guardias habían vuelto a su puesto y que el castaño no podía ser invisible todo el tiempo. Había un límite y seguro pronto se cansaría, su pecho se oprimió cuando creyó que esas eran las últimas palabras de Hyunjin, pero su voz retumbó en sus paredes mentales una vez más.

—No sé si saldré vivo de aquí. —Jeongin abrió los ojos con sorpresa, la verdad que moría de curiosidad de saber cómo era posible que HyunJin estuviera bien teniendo en cuenta que el aire estaba infectado de humo aeris y que en el atentado de hacía unas horas, el castaño se había desmoronado junto con el.—Y si me convierto en un fantasma y divago por el mundo encontrandome con tu mirada de odio cada vez que alguien dice mí nombre, sería una tortura. Así que por favor, una charla. Nada más.

Jeongin soltó un suspiro, miró a los costados, Seungmin había vuelto a su posición, haciendo esfuerzos para no cerrar los ojos y Felix se mantenía mirando hacía la puerta con un aire cansado. Había perdido ese brillo que siempre lo caracterizaba, por otro lado, Jisung ya había cerrado sus ojos y era cuestión de tiempo para que se durmiera del todo. Jeongin solo esperaba que Felix lo pudiera despertar antes de que el hombre con la manguera entrara por la puerta.