In My Head - [Hyunin] [✓]

XXX

Hyunjin apoyó su espalda en la pared que separaba el pasillo donde estaba el laboratorio con la curva que daba a justo donde estaban los demás miembros del búnker. El mayor soltó un suspiro justo cuando un ruido hacía presencia por todo el lugar como si un objeto estuviera en movimiento sobre ruedas pequeñas. Los cinco chicos se miraron entre ellos sabiendo lo que ese ruido significaba.

—Una camilla. —Aseguró Seungmin, mirando como de la derecha aparecía una mujer pelinegra con unas gafas y una bata blanca mientras movía con ambas manos una camilla completamente vacía.

—Creo que vamos a tener una charla con la médica. —Apuntó Jisung, mirando como la pelinegra se acercaba cada vez más a la curva donde ellos estaban.

Jisung hizo el amague de querer salir pero Felix se le adelantó, se sacó la máscara de gas y salió al pasillo con una encantadora sonrisa, demostrando una mirada inocente en sus ojos. Los demás miembros lo miraron desde el otro pasillo con confusión. ¿Que se supone que estaba haciendo?

—Buenas tardes, ¿Usted es la médica encargada de los Aurum? —Preguntó el pecoso, deteniendo el camino de la médica de golpe, la mujer le miró con preocupación la frente, pues su herida iba de mal en peor.

—Si, joven, soy la encargada de poner el sedante. ¿Está usted bien? —La mujer quiso acercarse a ver la herida de Felix pero este le extendió las manos al frente en señal de estar bien, más que nada porque si se acercaba, vería en la curva a los miembros restantes.

—Oh, ¿Esto? Si, a eso es a lo que venía. El... —Felix miró a Hyunjin buscando ayuda, este con sus labios pronunció:—jefe Jun, me pidió que hablara contigo. Quiere que hable con el curador porque después del ataque de los Aurum hubo varios heridos, de hecho, esto de aquí me lo provocó uno de ellos.

La mujer asintió, buscando en una libreta algo, Felix espero paciente que su plan estuviera yendo bien y no se hechara a perder ahora que sus nervios estaban a flor de piel, un solo error y era su final.

—Si, sujeto de prueba “C”, Seo Changbin. —La mujer le indicó a Felix que la siguiera. —No sabía que iba a realizar experimentos unas horas antes de entubarlos.

—Ah... Si. Es importante que sepamos bien la potencia del poder y si realmente funciona del todo con cualquier herida. —Felix se dió la vuelta mientras caminaba con la mujer a su lado para indicarle a los otros que los siguieran.

—De hecho, el curador en mí favorito. —Aportó la mujer con una sonrisa. Felix se dió la vuelta a mirarla con una ceja levantada, ¿Estaba hablando de un ser humano de ese modo? —Siempre fue el que menos me gustó lastimar. Cuando le sacaba sangre, solo se quedaba en silencio, mientras que el sujeto “A” necesitaba ser atado para no salir corriendo. Definitivamente el “A” es el más peligroso, por eso será entubado en solo dos horas.

Felix abrió la boca para soltar un aire cargado de sorpresa desde sus pulmones. Sabía que hablaba de Mínho, pero lo que más ruido le hacía era el hecho de que estaban siendo tratados como ratas de laboratorio, cuando eran humanos igual que todos allí. ¿Por qué por tener poderes automáticamente perdían tantos derechos? Eso no tenía sentido, no sabiendo que jamás buscaron apoderarse del mundo, sino una libertad que merecían como todos.

La mujer se detuvo delante de una puerta de metal gigante, sacó una tarjeta blanca que colgaba de su bolsillo y la apoyó sobre un lector al costado de la misma puerta. Segundos después, el enorme pedazo de metal que tenía al frente, se abrió dejando entrar un frío importante y fuerte.

Pero Felix se detuvo de golpe cuando sus ojos se posaron en el interior del lugar, iluminado por luces azules y blancas, completamente pulcro y con solo dos camillas en la habitación además de más de veinte maquinarias distintas. En dichas camillas estaban acostados Changbin y Chris, ambos sujetos con cables y lastimados en varias zonas específicas. Felix entró en silencio, viendo cómo la mujer dejaba de prestarle atención al pecoso y eso fue un error para ella, pues segundos después de entrar, la puerta fue cerrada de golpe y todos los demás miembros del búnker tenían un arma en alto mientras apuntaban a la mujer con enojo mezclado con adrenalina.