In My Head - [Hyunin] [✓]

XI

Hyunjin limpió el sudor de su frente con la toalla que le había alcanzado Felix, tenía un fuerte golpe en su boca que había terminado por hinchar su labio. Su cuerpo dolía, sobretodo en el estómago, pero siendo sincero, el dolor era insignificante con su enojo. Había perdido una pelea contra un Ferrum que no aceptaba no poder ser un Aurum. Si, el recién empezaba en eso de los poderes, pero era molesto de todas formas.

—Hace tiempo no siento tanto enojo y decepción en una persona, la última vez fue en Mínho cuando Seungmin le dijo que pensó que tenía solo un gato en vez de tres. —Habló Felix, trayendo a su mente recuerdos pasados, Hyunjin ya ni se molestó en decir que su privacidad sentimental con el peliblanco era nula.—Seungmin no tuvo agua por tres días, Mínho la detuvo en las cañerías.

El castaño negó con la cabeza, dejando la toalla en un costado de la plataforma y lanzando su cabeza hacia atrás. Unos segundos después, el cuerpo de alguien hizo presencia a su lado y Hyunjin no tuvo ni que mirarlo para saber que era la misma persona que se había burlado de su habilidad de pelea.

—¿Estás molesto? —Preguntó el menor, tomando asiendo en la plataforma y dejando que sus pies colgarán hasta el suelo. Hyunjin le miró a su lado de reojo y luego volvió la vista al techo.

—¿Cómo dormiste ayer? —Jeongin soltó una risa escondida en el interior de su boca y miró al castaño con diversión.

—Lo siento. —Se disculpó, pero HyunJin no respondió a esa oración.—¿Tanto quieres irte?

La boca de Hyunjin se abrió, dejando soltar una rafraga de viento por allí llena de sorpresa. No lo había pensado, realmente, le había interesado más ganarle al menor por orgullo que por el premio. Mierda, ni siquiera se había preocupado por el francotirador de su padre, se había dejado llevar por el orgullo a su reputación y había dejado de lado lo más importante: volver a casa.

—Escucha, niño psiquis, está no es mí vida. Un día, mientras hacía mí trabajo, apareciste tu y me diste vuelta todo en cuestión de segundos. Yo no soy esto, no pertenezco aquí y quizás nunca lo haga. No sé que es pelear por los demás, la mayoría de mis actos son individuales e independientes. —Se defendió, mirando de costado al menor, quién asintió en respuesta perdiendo su mirada en el gris suelo.

—Nadie lo hacía al principio. Nadie está listo desde que nace para convertirse en lo que el mundo odia. Todos venimos de la misma leyenda cubierta de polvo, no somos los héroes, somos los villanos; pero nos construimos mutuamente, nos aceptamos. Tenemos poderes y eso no nos hace ni mejor ni peor que nadie. —Habló Jeongin. Felix, quien se había mantenido en un costado en silencio, miró a Hyunjin acomodando la toalla en su hombro.

—Llegué aquí gracias a Changbin, estudiaba en la misma escuela que el, habíamos hablando un par de veces pero solo por asuntos escolares. Un día, cuando un compañero se golpeó la cabeza en Educación Física, me pidieron que le lleve las vendas hasta la enfermería. Al llegar, Changbin estaba ahí como ayudante. El chico dormía en la camilla y sin siquiera verme, Changbin apoyó su mano en su cabeza y a los segundos, su ritmo cardíaco se estabilizó por completo. No había rastros de ningún golpe, el lo había curado ahí mismo y con sus propias manos. Me asusté, no lo voy a negar, no sabía que está sucediendo así que solo me quedé en mí lugar, aún sin poder creerlo.

Hyunjin le miró, toda su atención estaba puesta en aquella historia. Felix se apoyó en la plataforma solo para continuar contando algo que involucraba su pasado.

—Changbin me había visto, nuestros ojos se encontraron en aquella enfermería y cuando la puerta se abrió para dar lugar a la médica privada, mí cuerpo reaccionó solo. Me acerqué a ella con toda la intención de contar lo que había visto, pero había un sentimiento en mí pecho, uno que no me pertenecía a mí. No era miedo, era súplica, era cansancio, había espera e incluso dolor. Estaba sintiendo en mí, lo que todos los demás en esa habitación sentían.—Concluyó Felix, logrando en el castaño cierta sorpresa.—Tenia mucho miedo, lo recuerdo incluso ahora. No sabía que ocurría conmigo y solo quería esconderme en mí habitación por siempre. Changbin fue quien me explicó todo y me trajo aquí, le agradezco eso.