20 - Otro amigo

693 82 6
                                    

Abrí mis ojos lentamente y ví el cuarto donde estaba. Sonreí, ya tuve paz y un descanso después de tan horrible lucha. Eché mis brazos hacia arriba y no sentí ningún dolor así que me estiré, aunque mis piernas no tuvieron la misma suerte.

Solté un leve quejido de dolor, todavía una de ellas estaba rota, la sobé intentando "aliviar" el dolor y suspiré. Me levanté cojeando a encender la lámpara, bajé la mirada a ver mi cuerpo, aún tenía mi disfraz de cazador pero lo noté un poco mal colocado, aunque no recuerdo que se deshiciera así en la batalla.

Al los segundos me dí cuenta que alguien había vendado todas mis heridas. Rebusqué más por todo mi cuerpo y sí, todas habían sido curadas. ¿Quién habría hecho esto? Sé que fue uno de los demonios pero quien.

Decidida a buscarlo (quiero darle las gracias) fui a un cajón buscando uno de mis kimonos para cambiarme de ropa, no puedo andar de aquí para allá con un traje de cazador y más sucio.

Sin más dilación abrí la puerta y salí. Miré a los lados buscando a Nakime que no encontré. Tal vez estaba más adelante o...¡ya sé! Seguramente donde papá estudia la flor o esas cosas

Corrí un poco dificultuosa hacia allí por mi pierna rota pero al fin llegué, mala suerte, aquí no estaba Nakime. Suspiré, ni siquiera papá estaba.

No tuve otra opción que al menos ir a por Kokushibo. Llegué en unos veinte minutos, me sé prácticamente todos los caminos en donde están los demás, excepto claro los que comunmente no se quedan aquí

Sonreí alegre, Kokushibo sí estaba ahí, lo que apunto de irse.

-- ¡Kokushibo-chan! ¡Espera! -- llamé antes de que desaparezca

Él escuchó mi llamado y giró -- ¿Aria? -- pareció sorprendido -- ¡Aria! -- apareció frente a mí y me abrazó con delicadeza -- ¿Ya estás bien? ¿Te duele mucho? --

Me levantó para vernos claramente a los ojos -- Ya estoy mucho mejor Kokushibo-chan, muchas gracias -- ambos sonreímos -- Por cierto, tú curaste mis heridas ¿verdad? --

-- No, no fui yo -- los dos parecimos sorprendernos

-- Mhmp -- suspiré -- Entonces debió haber sido Douma-chan --

Él asintió y me dejó en el suelo -- ¿Por qué no vas a darle las gracias? -- acarició mi cabeza

Asentí sonriente y me dí la vuelta. Avanzé un poco hasta que él me detuvo

-- Espera -- detuvé mi paso y volteé -- ¿Y Nakime? ¿No te ha notado en la fortaleza? Voy a avisarle, espera aquí -- desapareció

Siempre pienso que ellos son impresionantes, mi velocidad es nada comparada con la de él. Aparece frente a mí en un segundo, sí que puede ser capáz de acabar con un pilar ¡o quizás dos! Realmente increíble...

En un parpadeo aparecí en el culto de Douma, pareció que Kokushibo llegó hasta ella y le pidió que me trajera. " Muchas gracias Kokushibo-chan... "

Avanzé buscándole, miraba a ambos lados y como toda una ninja me escabullía al escuchar alguien venir, bueno no tanto así...pero...en fin. Escuché unos ruidos raros en una habitación, como de alguien...em...bueno, es un sonido como si comiera algo crujiente y suave, algo así.

Me asomé un poco, si era algo pervertido cerraría la puerta y me iría corriendo, pero no, era simplemente Douma.

-- ¡Douma-chan!- -- abrí la puerta sin rodeos pero me quedé parada al verlo comiendo. Nunca lo había visto de esa forma pero estaba devorando cadáveres femeninos, tenía entre sus brazos un torso...d-desnudo de una chica

Flor de Diamante ─ Genya ShinazugawaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora