49 - Desconfío

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Desde temprano ya Genya entendió la situación en la que me encontraba. Sumado a que no podían verse mis cuernos estaba el que tampoco podía reconocérseme, después del incidente en aquel pueblo donde mi padre apareció ya yo era buscada por los pilares y prácticamente todos los cazadores estaban al tanto de esto

Por lo tanto, él como todo un caballero era quien tenía que salir a buscar algo de comida y agua en la posada. Me contó que él realmente había preparado algo de antemano para no tener que comer aquí pero ya que yo llegué no le quedaba más opción. A pesar de yo disculparme por esto él negó con su cabeza diciendo que no le molestaba en lo absoluto

-- De camino aquí me encontré con un chico, creo que de mi misma edad -- dije mientras cepillaba mi cabello, Genya se encontraba organizando un poco la habitación, ayer dejamos todo algo regado

-- ¿Cómo se llamaba? -- pregunta estirando sus brazos hasta colocar en uno de los estantes de arriba una sábana

-- Mui...Muichiro Tokito...algo así -- bastante calmada echó uno de mis mechones recién cepillados hacia detrás, pero me asusto al ver por el espejo la expresión de Genya -- ¿Q-qué...? --

-- Muichiro Tokito es el pilar de la niebla -- dijo cerrando el estante y dándose completamente la vuelta a mí -- Aria... --

Siento mis manos temblar mientras observo el suelo nerviosa -- Oh no... -- musito con mis cuernos adquiriendo un brillo negro

-- No tengas miedo -- Genya se acerca para palmear mi cabeza -- Si no te hizo nada es porque no te descubrió, así que puedes calmarte --

Le observo de reojo con mis manos aún algo temblorosas -- Genya, si me pasa algo ¿me protegerás? -- murmuro con mis cejas arqueadas y ojos algo brillosos, brindándole una muy tierna imagen

-- Eh...¡Claro! -- desvía su mirada aún acariciando levemente mi suave cabello -- Sí, siempre...te protegeré --

No sé por qué, pero amaba verlo de esa forma. Tan ruborizado como un tonto -- ¡Te quiero! -- me lanzo a abrazarle no soportando su extrema ternura. Este solo corresponde agachando la cabeza y con muchos temblores dándome el abrazo de vuelta

Luego de estar unos segundos abrazados cambiamos de tema, no era momento de cariñitos. Genya se había propuesto a hoy por fin dar por zanjado lo referente a la coloración de mis cuernos. Por lo que volvimos a la posición de la noche anterior, yo mantenía un semblante tranquilo esperando por cualquier acción posible de su parte

Sin embargo...no descubrimos mucho, tampoco se nos ocurría mucho que hacer así que intentamos otra cosa

Genya fue a buscar comida, todas de diferentes sabores, ácidas, dulces, saladas, amargas. Y las probé una por una, a ver si esto afectaba a los cuernos, y al parecer no. Seguían brillando de un tenue color verde, el de la alegría, con todos

-- Bueno, al parecer no hay mucho más que descubrir... -- suspira cruzándose de brazos

-- Sí... -- suspiré viendo al suelo. Estaba pensando, en parte me sentía aliviada porque ya descubrimos todo pero... no se, tengo algo de incertidumbre, ¿en realidad ya... eso es todo? ¿Los cuernos son solo para eso? ¿Nada más? Es muy extraño definitivamente, deberían de cumplir alguna otra función pues no tiene mucho sentido que solo brillen, un demonio con esa habilidad sería inservible...

Ah... la duda me esta comiendo la cabeza

Me dejé caer en el suelo con brazos y piernas estiradas. Observando al techo planteándome miles de interrogantes, pero pensé en la posible solución de preguntarle a papa, quizás el sabría las respuestas por haber estado tantos años rodeado de demonios de diferentes tipos

Flor de Diamante ─ Genya ShinazugawaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora