2 - Primeras Palabras

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Y ahí estaban, la Luna Superior 1 y 2 con la bebé en sus brazos. Mientras la Luna Superior Dos bromeaba sobre su amo adoptando a una bebé, la primera Luna parecía no comprender la curiosidad ante una pequeña humana.

El plan de Muzan fue dejando bastante confianza en ellos dos, esta sería una semana dura para él y como no quería involucrarla quiere ver si ellos podrían ser buenos ¿niñeros? Pensó que sería un poco raro, pasar de comer humanos a cuidar de uno. Pero deberían de acostumbrarse, por ahora no pensaba devorarla.

-- ¡Qué niña más linda! ¿no piensas lo mismo Kokushibo-dono? -- volteó al compañero

-- No entiendo que le ve Muzan-sama -- suspiró y se acercó a la bebé -- Es solo una cría humana -- fue sorprendido por la chica estirando sus manitas llegando al rostro de él y tocó uno de sus ojos mientras reía

-- Vaya, ¡además de linda, curiosa! -- mencionó viéndola sonriente -- ¿Cómo te llamas pequeña? -- preguntó elevándola por los aires

Sin embargo no hubo respuesta, ella comenzó a reír pensando en que el hombre jugaba -- ¡Ah! ¡Perdón aún no hablas! -- volvió a acurrucar a la bebé en los brazos

Pasó el tiempo y ya no sabían cómo divertirla, por muy mayores y buenos en batalla que sean, nunca tuvieron una responsabilidad de este tipo. Pero la niña al ser propiedad de su amo no podían permitirse abandonarla o que pasara un mal día.

-- ¡Tengo una idea Kokushibo-dono! -- extendió a la niña hacia él -- ¿Por qué no le enseñas tus geniales habilidades con la espada? --

El mencionado dudó un poco, lo más probable era que se asustara y comenzara a llorar, pero valía la pena intentarlo.

La Luna demostró una gran habilidad haciendo varios cortes al viento mientras el de cabellos rubios estaba sentado con la bebé observando sus diestros movimientos. Incluso creó unas estatuas de hielo para que se enfrentara a ellas.

Para alguien como Kokushibo fue bastante fácil acabar con ellas. Escucharon unas suaves risas provenientes de la pequeña, la cual ambos observaron que reía y aplaudía con dificultad, esto tranquilizó y sorprendió a ambos demonios.

-- ¿Te gustó eh? -- acariciaba su naríz sin lastimarla -- ¡La niña quiere tocar la espada! -- dijo con una voz graciosa e hizo unas trompetillas en su pansita

-- Y dices que no tienes experiencia con niños... -- mencionó desepcionado el otro

-- ¡Tómala! -- se la entregó -- ¡Es demasiado adorable, te dan ganas de abrazarla! --

El de ojos arcoíris divisaba a su compañero esperando lo que haría al igual que la pequeña. Ante tal presión le dió un suave toque a su naríz, no haciendo que solo la pequeña riera, sino la Luna Superior Dos también.

-- ¡Bueno no todos sabemos cuidar de niños! -- él solo vió a otro lado ignorando la ofensa

De la nada la bebé comenzó a llorar, alertándolos

-- ¡Ahh! ¿¡Qué hacemos!? -- el rubió la arrebató de sus manos -- Oh...¿no te gusta que te toquen la naríz? -- la balanceaba lentamente intentando calmarla pero no funcionó

-- Creo que tiene hambre -- logró detenerle

-- ¡Cierto! -- lanzó la bebé haciendo a Kokushibo atraparla -- ¡Cuídala, volveré enseguida! -- dicho eso se marchó a buscarle comida

Se quedó solo con la bebé, le daba lástima verla con los ojos llorosos y las mejillas enrojecidas. Casi por instinto acercó su naríz hasta pegarlas suavemente. Ella volvió a sentir un calor similar al de su padre lo que la hizo reír.

Flor de Diamante ─ Genya ShinazugawaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora