24 - Plumas

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Parece que a ninguno le ha agradado que sea amiga de un cazador. Daki lloró mucho, Douma ya lo atacaría, a papá no le agradó para nada y por suerte, Kokushibo sé que no le hará nada

La tarea de decírselo a los demás se me hizo más difícil ahora. Tengo miedo de que esto le genere un problema a Genya

Suspiré, caminaba por la fortaleza. Estaba aburrida, no recibía respuesta de Genya, ni tenía misiones

Salté hacia otra de las plataformas, tenía mis manos entrelazadas por detrás y quedé viendo al suelo. Había una puerta corrediza, comenzé a pensar que había allá dentro

Me picó la curiosidad y estiré mi mano para abrirla.

-- ¡Aria! -- saltaron dos personas sobre mi espalda. Cuando me dí la vuelta eran Karaku y Urogi

-- ¡Vamos a jugar! -- dijo Karaku entrelazando sus piernas por mi abdómen

-- ¿Jugar? -- le pregunté con una sonrisa

Urogi subió por mi espalda y quedó abrazando mi cuello -- ¡Sí! ¡A atrapados! --

La cabeza de Aizetsu se asomó por detrás del hombro de Karaku -- Aria, no tienes que hacerles caso por favor. Ya les dije que somos muy grandes para eso --

-- No hay problema Aizetsu -- respondí con una sonrisa

-- ¡Aizetsu ahora no seas zopenco! -- lo señaló Urogi

-- ¡Sí! ¡Que mucho chillabas antes! -- gritó Karaku, y ambos fulminaban al pequeño con la mirada -- ¡Es que a Aria, no se si le molestará-! -- dijo con voz chistosa

-- ¡Cállate cállate! -- lo tomó de las mejillas y lo jaló hacia detrás

-- ¡Quita pulgoso! -- empezó a forcejear con Aizetsu

Sentí como me elevaban, fue cierto porque Karaku y Aizetsu cayeron al suelo. Los brazos de Urogi me cargaron, a estilo princesa

-- ¡Vamos humano! ¡Te alejaré de estos estúpidos! -- sus aleteos resonaron por las paredes

-- ¡Hey! ¡Pájaro retrasado! -- gritó Karaku

-- ¡Nos vemos! -- guiñó un ojo

Voló rápidamente por muchos lugares de la fortaleza, entró por varias habitaciones y me llevó por todos lados. Era una agradable sensación sentir las fuertes ráfagas de viento en mi rostro y era increíble ver a Urogi como volaba con mucha destreza, es como si fuera un ave de verdad

Nos detuvimos en un lugar muy lejano al que estábamos. Él me bajó y se sentó a mi lado

-- Waaaw, hace rato no vuelo tanto -- estiró sus brazos hacia arriba, fue divertido ver como sus alas también se estiraron. Luego me miró -- ¿Te gustó? --

-- ¡Sí! ¡Estuvo increíble! -- respondí apretando mis puños con emoción -- Son impresionantes tus alas Urogi -- él sonrió alegre por mi halago. Miré al suelo, y volví a verle -- ¿Puedo tocarlas? -- pregunté avergonzada

-- ¿Mhm? Sí, por poder puedes -- se giró dándome la espalda a mí -- Aunque no sé cómo se sent- --

Paró de hablar, no había podido esperar y toqué su ala derecha. Me asusté porque se quedó callado, tal vez le duele o molesta

Flor de Diamante ─ Genya ShinazugawaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora