29 - Koware

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Yo sé que puedo, sé que puedo seguir luchando...

Seguir...

Mis piernas dejaron de responderme, no me quedaba otra que usar mis brazos para arrastrarme

Yo...quedé tirada en el suelo, sin esperanzas de que alguien viniera a ayudarme, el demonio seguía firme y no parecía que fuera a ser derrotado rápido. Debo de resolver esto yo misma

Estoy segura que puedo...

Solo veía un poco de la luz lunar y era lo único que me guíaba a la salida. Aún sujeto el mango de mi espada, y aunque esté rota creo poder hacer algo con ella todavía

Respirar me dolía, y tenía que hacer un gran esfuerzo para seguir. Tan solo el moverme un poco más se sentía como el infierno

Creo...que moriré...

De todas maneras, ¿para qué seguir intentándolo?

Aunque llegue a las rocas no podré moverlas

Si no muero por la pérdida de sangre, será por falta de oxígeno

Ya...moriré

Me detuve, todas mis esperanzas en vivir desaparecieron. Ya no me quedaba otra que llorar y lamentar mi mala suerte

Morir...a manos de un demonio, los seres que más yo amo. Y aquí...sola...una muerte lenta, mientras me empapo con mis lágrimas

Es muy lamentable, yo no imaginé algo así, nunca

Pero...mis pulmones no dan para más, ya...ya...

~~ • ~~

-- Aria...Aria cariño, despierta -- se escuchaba una voz lejana, bastante calmada

Espera...esta sensación, esta voz...¡la conozco!

Abrí mis ojos de golpe para encontrarme con esa persona nuevamente, esa mujer bastante hermosa, me miraba con sus preciosos ojos color ámbar

Me ruborizé un poco ante su profunda mirada -- E-eh, d-disculpe... -- me dí cuenta que estaba recostada en su regazo, y ella acariciaba mi cabello con ternura

-- Tranquila Aria...estarás a salvo -- mencionó dándome una amplia sonrisa

-- ¿A salvo...? -- miré mi cuerpo, que no parecía tener ninguna herida ya y...oh dios...estoy en un campo. Es un ambiente tranquilo, una leve brisa menea el césped, y el cielo es blanco, bastante puro. Es como todo lo contrario a lo de hace un momento -- Ya veo...morí...

La mujer soltó una leve risilla, llamando mi atención -- Aria, no pienses cosas así -- bajó su mano hasta mi mejilla, acariciándola -- Cariño, no permitiremos que mueras, no hasta que seas felíz y tengas tu vida --

" ¿Q-qué...? ¿Cómo que "permitiremos"? ¿Hay más personas aquí? ¿No estoy muerta? ¿¡Qué está pasando aquí!? "

-- ¿¡Q-qué!? -- me levanté y me senté frente a ella. Tenía tantas preguntas que no podía ni siquiera hablar bien -- ¿¡Quién es usted!? -- fue lo único que pude formular

-- Aria, eso lo descubrirás en el momento adecuado -- a pesar de esto, su actitud seguía igual, bastante calmada

-- ¡Necesito que me lo diga! -- exclamé desesperada -- ¡No se dónde estoy! ¡No se quién es usted! ¡Y no se qué está pasando! -- cerré mis ojos mientras apretaba mis puños que estaban sobre mis muslos

Flor de Diamante ─ Genya ShinazugawaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora