Capítulo 22

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Los siguientes días se habían pasado como agua entre mis dedos, siendo de los más felices y los más tristes de toda mi vida. Felices porque me había pasado casi todo el rato con Leonid como si fuese una parte más de su cuerpo. Lo había cuidado todo el tiempo y a pesar de sus quejas me encargué de cambiarle las vendas y hasta le había quitado algunos de los puntos en su brazo.

Nos pasamos el día hablando, almorzando sentados en el balcón de su cabaña mientras el leve sol del mediodía nos daba en la cara, y en la noche, cenábamos todos apretados en su habitación, a veces con Glev y las gemelas, otras veces con Luka y Anton y otras tantas con Eva y Fabi. No quiso regresar al centro del pueblo para compartir las comidas, y no sabía si era por mi o por él.

No hubo discusiones, preocupaciones, ni ninguna presencia indeseada durante esos días. Solo una vez Glev se lo había llevado a hablar con Vasily pero para variar no me había querido decir ni una palabra de lo que había pasado. Pero había estado molesto el resto del día, así que ya me imaginaba que el intercambio no había sido agradable.

Y por otro lado estaba la tristeza, la enorme pena que sentía cuando no regresé con mis amigas a nuestras actividades diarias, cuando notaba las miradas de los demás mutantes y los silencios incómodos que se presentaban cuando Eva me acompañaba al baño. Nada volvió a ser lo mismo, y lo peor de todo es que me sentía horrible, la culpa me picaba la piel a cada momento.

–Mierda... eso duele Nika –se quejó Leonid una vez más.

Suspiré y aflojé la presión de mis manos sobre su espalda desnuda. Hacía unos cuantos días que estaba con terribles dolores musculares, su hombro derecho se sentía como una roca bajo mis dedos y había estado intentando aflojar la contractura muscular con masajes diarios.

–Te la aguantas. Esto te pasa porque no te quedas quieto ni un maldito segundo. Aún no puedes mover el cuello por completo y tu cuerpo lo compensa haciendo fuerza extra con tu hombro y espalda.

Se lo había explicado mil veces, de mil formas distintas, pero era un reto absoluto mantenerlo quieto en la cama por un par de horas, siempre buscaba la excusa para levantarse. Algunas veces salíamos a caminar hasta el río a pesar de mis protestas, otras veces se ponía a tallar la madera del baúl con un cuchillo o simplemente desaparecía un rato con Glev y me dejaba tirada en la cabaña de las gemelas para que me torturaran un rato.

Me gruñó, para variar, pero hacia bastante tiempo que sus sonidos animales ya no me asustaban. Volví a mover mis dedos sobre los duros músculos de su espalda, concentrándome en tratar de disolver todas las durezas debajo de su piel.

–No me gusta quedarme todo el día sin hacer nada –gruñó.

–Bueno... pero deberías, te estás recuperando.

Suspiró, volvió a gruñir y se tensó cuando apreté con más fuerza los músculos de su cintura. Ambos estábamos sentados sobre su cama, él inclinado hacia delante con la cabeza colgando entre sus hombros y yo inclinada detrás, apoyándome sobre mis rodillas para estar a su altura.

No quería causarle dolor, pero tampoco me podía quejar, porque tenía la oportunidad perfecta para tocar todos los músculos de su espalda sin sentirme avergonzada por hacerlo. Volví a masajear la zona de su omóplato con fuerza hasta que sentí el dolor en mis propias muñecas. Había esperado que las contracturas musculares ya hubiesen desaparecido, pero aún estaban allí a pesar de días incansables de masajes. Me pregunté fugazmente si el estrés que sentía Leonid tendría algo que ver con la tensión en su espalda.

Porque había estado super estresado y nervioso, aunque él se negaba a darme la razón, por supuesto. Su trato conmigo había sido maravilloso, pero podía notar su incomodidad. Para empezar no quería cruzarse con nadie del pueblo que no fuesen sus amigos, como si se sintiera traicionado por su propia especie, y luego había preparado dos mochilas enormes con ropa para mí y para él además de otras pertenencias y las había dejado junto al baúl, como si estuviera esperando para salir corriendo.

MÚROM #1 [Completa ✅]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora