Capítulo 26

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–¿Puedes caminar más rápido por favor? –Kira tiró de mi mano y casi caí al piso en medio de un bostezo.

–Lo siento, estoy media dormida todavía. ¿Hacía falta despertarme a los gritos?

–Sabes que si –ella sonrió perversamente.

–Eres una grosera –me estremecí cuando una nueva ventisca me revolvió el cabello– Madre mía, está helando cada vez más. ¿Se puede saber a dónde vamos?

–Vasily convocó a una reunión, es sobre el dichoso plan.

–¿En serio? ¿Tan pronto? –me aterré.

–Nika mañana vendrán las líderes del clan de los pumas, ¿no lo sabías?

–¿Ma-mañana? –mierda, esto estaba pasando demasiado rápido para mi gusto.

–Si, o sea que para mañana tenemos que estar preparados. Esta tarde escribirás la carta con Marina y en dos días más tu padre ya la tendrá en sus manos.

Mierda, esto realmente estaba pasando. Mi corazón comenzó a golpear furiosamente contra mi pecho y me olvidé de todo, ignoré el frío que me calaba los huesos y hasta de Kira que no paraba de arrastrarme y quejarse de la locura que estábamos a punto de hacer.

Oh por Dios, ¿cuántos días más me quedaban para disfrutar en aquel pueblo? ¿Tendría tiempo de ver a Leonid antes de eso? ¿Sería capaz de dejarme ir sin decirme adiós? No, no podría ser tan cruel ¿verdad?

–Vamos entra –Kira me empujó delante de ella y me di cuenta que nos habíamos detenido en una pequeña cabaña que se me hacía muy familiar.

La puerta se abrió antes de que llegara a tocarla y salté del susto cuando vi a un mutante alto y musculoso, con el cabello negro cayéndole sobre los hombros. Se veía bastante intimidante, pero por suerte no me miraba con odio o rencor.

–¿Dónde está tu hermana? –le gruñó a Kira.

Ella le rodó los ojos y lo apartó de un empujón.

–¿Me viste cara de ser su niñera? Si quieres arreglar las cosas con ella deberías ir a buscarla tú mismo. Apártate Makari.

Miré con los ojos bien abiertos al supuesto chico de Katia, se veía mucho mayor que nosotras y más que "solitario" como habían dicho las gemelas parecía más bien "aterrador". Ella le mostró los dientes con un leve gruñido y al final Makari suspiró y se alejó de la puerta, dejándonos espacio para pasar.

Kira me tomó de la mano y entramos a la pequeña estancia, que no resultó ser otra que la cabaña donde se fabricaban los cinturones para las armas. Las paredes estaban repletas de cuchillos y cadenas, la mesa ahora estaba libre de cintas de cuero y un enorme mapa se desplegaba frente a Vasily, que se inclinaba sobre él de forma despreocupada.

Pero mi sorpresa fue mayor cuando me paré en seco ante la mirada paralizante de Grigori. Se encontraba junto a su líder, acompañado de otros tres hombres adultos y fornidos, aunque no tanto como lo era Vasily. Me dio una lenta sonrisa cuando vio que tenía mi atención y me sonrojé cuando recordé nuestro último encuentro. Todavía estaba avergonzada y enojada por lo patética que me hizo sentir.

Caminé despacio junto a mi amiga y me alivié un poco cuando noté que Marina también estaba parada junto a la mesa, tomando la mano de unos de los hombres, el que tenía una gruesa barba que le llegaba hasta el pecho. Seguramente ese sería su compañero. Ella me sonrió amablemente y me hizo señas para que me acercara.

Tropecé torpemente al principio, nerviosa ante la presencia de Grigori y de esos tres hombres que solo recordaba haber visto de lejos. Se veían serios y duros, seguramente serían capaces de darle una buena paliza a cualquiera.

MÚROM #1 [Completa ✅]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora