"Escucha lo que siento
¿Lo sientes también?
Si no lo haces, lo que hago no tiene sentido
Dime, ¿lo sientes también?".
Johana Lewis tiene una vida exitosa. Una carrera artística impresionante, lujos, belleza y un prometido que es la envidia de todas...
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Capítulo 47
Johana
Estoy viendo un programa de cocina, guardando reposo tal como dijo el doctor, cuando la puerta de mi habitación se abre con un estrépito, sobresaltándome, y Lianna entra hecha un vendaval, dirigiéndose directamente al closet.
—¿Qué se supone que haces, Lianna? —inquiero, mirando con ojos entrecerrados la puerta del closet, donde desapareció.
—Cumpliendo órdenes —responde, como si yo entendiera lo que quiere decir.
—¿Órdenes de quién?
Me quito la cobija de las piernas, con cuidado de no mover el brazo fracturado, y me levanto de la cama. Camino hasta el closet, encontrando a Lianna buscando no sé qué en mi ropa. Me mira brevemente y regresa a lo que está haciendo.
—Del alto mando.
—¿Qué? —Entro del todo al closet, llevándome la mano buena a la cadera—. ¿De qué hablas?
—Tú solo tienes que hacer lo que te digo —dice escueta. Toma uno de mis vestidos de coctel y luego busca unos zapatos a juego—. Y no te pongas difícil, te prometo que te gustará la sorpresa.
—¿Sorpresa? —Frunzo el ceño.
Lianna asiente, caminando hacia mí con el vestido y los zapatos en las manos.
—Sí, así que no protestes. —Me toma del brazo y me arrastra fuera del closet, tira el vestido y los zapatos sobre la cama y luego va a mi cómoda a sacar un par de bragas limpias—. Vamos, tienes que darte un baño. Yo te ayudo con la escayola.
Vuelve a tomarme del brazo y me lleva al cuarto de baño. Allí, me ayuda a darme una ducha, le aseguro que me he bañado hace tan solo una hora, pero ella no me escucha, y no tengo más remedio que dejarla hacer. Una vez se asegura que estoy completamente limpia, me saca del baño y me ordena vestirme. Me ayuda a ponerme el vestido y los zapatos, y admito que me siento un poco inútil sin poder usar una mano, pero ella no se queja. De hecho, creo que lo hace gustosa, tiene la libertad de vestirme como se le da la gana. Ya vestida, me lleva al tocador y empieza a maquillarme, tarareando para sí misma.
—Que sepas que te dejo hacer lo que quieras conmigo porque creo que Liam está detrás de todo esto.
Ella ni se inmuta, sino que empieza a cantar una canción en español –que se le da muy mal–, ignorándome. No voy a poder sacarle nada, cuando quiere guardarse algo es como una caja fuerte sin combinación. Aunque tengo la certeza de que esto tiene que ver con Liam, si no es así, ¿quién más podría estar orquestando una cosa como esta? Exacto, no hay más opciones.
Lianna me hace un maquillaje ligero, sencillo, nada demasiado cargado. Luego pasa al peinado; un medio recogido, sacando el flequillo y dos mechones un poco más largos a ambos lados de mi cara, todo ondulado. Me gusta el resultado, es un look sencillo, pero hermoso.