"Escucha lo que siento
¿Lo sientes también?
Si no lo haces, lo que hago no tiene sentido
Dime, ¿lo sientes también?".
Johana Lewis tiene una vida exitosa. Una carrera artística impresionante, lujos, belleza y un prometido que es la envidia de todas...
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Capítulo 18
Liam
—Esto de que Hannah sea amiga de Johana y su combo no es una buena idea —comenta Dan—. A donde van las otras, ella también quiere ir y, por consiguiente, nosotros tenemos que ir con ella.
—Ir al hospital infantil y mostrar nuestro lado compasivo es una buena cosa, Dan —dice Leo.
—Sí, el hospital infantil está bien. Pero mañana será otra cosa, algo más vergonzoso —replica Dan—. Tal vez nos envíe con Johana a un salón de belleza solo para cobrarse las nimiedades que le hacemos.
—¿Nimiedades? —río. Lo que nosotros le hacemos a Hannah está muy lejos de ser simples nimiedades.
—Bien, no son nimiedades, pero saben que tengo razón.
Ninguno responde. No es una mala cosa ir con Johana a hacerles una visita a los niños del hospital infantil, a mí me parece buena idea. Dan, por otro lado, está escéptico, no por ir al hospital, sino porque Hannah tiene formas cuestionables de cobrarse aquellas travesuras que le hacemos.
Vamos rumbo al hospital. Los cuatro decidimos venir en la misma camioneta mientras el equipo de seguridad y Hannah vienen en otras dos. Nos encontraremos con, como dice Dan, Johana y su combo en el hospital. La prensa, gracias a Dios, no está informada de esto y se le prohibió al personal del hospital divulgar nuestra visita. Aunque no me hago ilusiones, para cuando termine nuestra visita en el hospital, ya se sabrá que estamos allí.
—En todo caso, igual no tienes derecho a negarte a los mandatos de Hannah. —Es JJ quien rompe en silencio y nos impresiona con su comentario. No es un secreto que él y Dan están de acuerdo en casi todo—. Di que no y te irá peor.
—Y no es tan malo pasar el rato con Johana —agrego.
—Habló el enamorado —canturrea Dan—. Discúlpame, Liam, pero tu opinión no cuenta. Con tal de estar con Johana, aceptarías cualquier cosa.
Voy a replicar, pero Leo habla primero.
—¿Podemos dejar ya el tema? —zanja, harto de escuchar las quejas de Dan—. No seas cobarde, Dan, acepta de buena gana lo que te mereces por fastidioso.
Río junto con JJ.
Cuando llegamos al hospital, lo primero que veo son las piernas de Johana. Está recostada de una camioneta, hablando con Karol, Lianna y sus guardaespaldas. Lleva puesto un vestido de verano amarillo con estampado de flores rojas y unas sandalias bajas de tiras de color marrón. Su cabello va recogido en un par de trenzas francesas que le dejan el flequillo fuera, cubriendo desordenadamente su frente.
—Este poema del corderito que se le cae la baba va a pasar a ser tu nuevo mantra.
Me giro hacia Leo y lo encuentro sonriendo divertido. Yo, como la persona madura y poco infantil que soy, le saco la lengua.
