"Escucha lo que siento
¿Lo sientes también?
Si no lo haces, lo que hago no tiene sentido
Dime, ¿lo sientes también?".
Johana Lewis tiene una vida exitosa. Una carrera artística impresionante, lujos, belleza y un prometido que es la envidia de todas...
Advertencia: este capitulo contiene escenas +18. Si no es de tu agrado, no lo leas.
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Capítulo 21
Johana
Estoy acurrucada en el sofá, con las luces apagadas y con Harry Potter y la cámara secreta puesta en la televisión.
Luego de soltar la bomba a todo el mundo, apagué mi teléfono, me hice una taza de té y puse una de mis películas preferidas.
He de decir que Daniel Radcliffe era mi platónico de la infancia. Me enamoré de él en Harry Potter y la piedra filosofal, mi amor se afianzó en Harry Potter y la cámara secreta y se hizo más fuerte en las siguientes películas.
Sí, hasta yo, Johana Lewis, tengo un amor platónico. Y eso que muchos han dicho que para mí no hay imposibles. Pues miren, están equivocados.
No hay mejor terapia que ver a tu amor platónico en la tele luego de haber rociado al mundo con gasolina y lanzarle un fósforo encendido. Debo admitir que me siento bien, relajada y feliz de que ahora se sepa. Mike tiene razón, el asunto de la colaboración va a pasar a segundo plano ahora que todo se sabe, y me felicito por no haberlo dicho antes, porque si todo se hubiese sabido, ahora no habría con qué hacer de tapadera.
Sin embargo, en unos días, cuando el vídeo esté listo, los chicos y yo confirmaremos a los fans de la colaboración. Pero primero hay que dejar que las aguas se calmen.
Y que Karol haga control de daños por lo que he hecho.
La pobre ha de estar en su casa a punto arrancarse la piel con las uñas o, tal vez, pensando en lanzarse del balcón de su apartamento –que está en el doceavo piso del edificio donde reside– para detener el sufrimiento que le causo. Aunque, tal vez, no está planeando su muerte, sino la mía. Tiemblo al pensarlo. Karol puede ser un poco vengativa, por lo que me tengo que preparar para una de sus formas de tortura.
Sacudo la cabeza.
No quiero pensar en eso hoy, igual que no quiero pensar en las consecuencias que tendrá el haberme ido de la lengua. No consulté con nadie ni hice público mi plan, solo actué movida por la rabia. Perdí la paciencia con Ryan y su novia, pero sobre todo, estaba enojada con Liam por hablar de nuestros asuntos con Antonella Fazzi. Sí, fui movida por los celos, pero me enerva que ahora también esté en la mira de otra modelito loca por los tipos con los que salgo o he salido. Acepto que Liam no tiene del todo la culpa, él no sabía –o sabe– que su amiguita está siendo movida por los celos de habernos visto juntos la noche pasada, pero sí es culpable por no saber elegir a sus amigos.
Sigo un poco molesta con él, pero lo que dije en el live es cierto; estoy agradecida con él por lo que hizo por mí aquella noche y no quiero dejar de verlo, no solo como un amigo, sino como algo más. Me importa demasiado para dejarlo ir tan pronto y por cumplir los caprichos de una niña consentida que no acepta que Liam no la quiere como algo más que una amiga.
