Voces Internas "la nueva leyenda"

CAP IV "Entrando y saliendo I"

Cada Historia tiene un comienzo y cada leyenda un final

Por fin puedo ponerme de pie por mí mismo, y sin tanto esfuerzo, ya me estaba cansando de estar acostado todo este tiempo. Luccia vino a buscarme para darme un recorrido a través de la gran ciudad, la verdad se me hace difícil alcanzarla y no perderla de vista.

Distraerme mientras caminaba tras ella era algo muy sencillo, debido a que este lugar es simplemente fantástico. Nunca antes había estado en un sitio parecido, he recorrido y visitado muchos sitios cuando era pequeño, tratando de pasar desapercibido.

Mis tíos eran muy cuidadosos con eso, pero aun así, ninguna de aquellas calles lograba compararse con las de este lugar.

Toda la ciudad sagrada se encuentra rodeada por un inmenso muro, el cual es custodiado por los guardias, mediante rondas continuas y rotativas, para vigilar en todas las direcciones y así brindar protección a cada habitante de su interior, esta muralla tiene dos círculos internos cuyo propósito radica en cubrir y salvaguardar los dos sitios más importantes de esta ciudad, los cuales son, el castillo real y la sede principal de la iglesia.

En este sitio la gente se ve bástate tranquila. Aunque también pasan mucho tiempo trabajando, ya que es una ciudad comerciante. Hay tiendas en cada acera dedicadas a cubrir todas las necesidades de sus habitantes, las calles, las casas y edificios de esta localidad estaban hechos con un trabajo impresionante y delicado en piedra, madera y quien sabe que otro tipo de materiales habrán utilizado, llevaban el título de ciudad sagrada de una manera impresionante.

Luego de unos minutos del recorrido llegamos a una gran puerta elaborada con enormes barrotes bañados en plata. Su tamaño era realmente monstruosa y con tantos gravados pequeños acompañando del logo de la iglesia, esto le daba un aspecto majestuoso. Luccia me indico que esto se forjo de esta manera para que ningún ser maldito pueda tocarlos.

Al entrar no tardamos mucho en toparnos con los establos y un gran campo de entrenamiento, allí se encontraban muchos cadetes los cuales entrenaban con dedicación  todos jóvenes recién ingresados, yo cálculo que son más o menos de mi edad, esto me dio más esperanzas de unirme. Quizás logre formar parte de los soldados de la iglesia, esa idea me agradaba un poco, era lo más cercano que tenía hasta los momentos para obtener mi venganza.

Más adelante nos dirigimos a un edificio, en el cual estaban lo dormitorios, allí se alojaban todos los soldados pertenecientes al ejército de la Iglesia. Luccia me guio hasta una de las habitaciones y al entrar pude visualizar a una mujer alta de espaldas, tal vez un poco más alta que yo para ser franco. Con su cabello de un hermoso color Carmesí. Ella no portaba ninguna armadura, sin embargo, el atuendo que porta, es incluso más aterrador. Ya que pertenece al uniforme de los generales de alto mando de la Luz Divina. Un gran y hermoso uniforme elaborado a base de pieles y telas costosas de la mejor calidad.

Al darse vuelta, pude apreciar que es una persona joven, tal vez no llegue a los veinticinco años con un cuerpo realmente hermoso… de esta ser Titania ya entiendo porque mi doctor esta tan enamorado. Me quede un poco atontado unos cortos segundos con su rostro, este está adornado por unos preciosos ojos de un color verde que hacen un contraste sin igual con su color de cabello.

Luccia al verla se puso firme sin dudarlo ni siquiera por un pequeño instante. Dicha mujer desconocida se acercó rápidamente con seguridad en sí misma en cada paso y yo no sabía qué hacer.

 - mi señora, él es el joven que sobrevivió en el pueblo -dijo Luccia mientras me señala con su mano derecha- Su nombre es Gabriel.

-Es un placer chico, mi nombre es Scarlet -me dedico una leve sonrisa para luego ver a la joven junto a mí con confusión- Luccia,  ¿Qué haces ahí parada y con esa armadura? -le dijo a modo de regaño- deberías aprovechar el tiempo libre para descansar un poco, nunca sabes cuándo te toque salir de nuevo, ni mucho menos por cuánto tiempo.