Voces Internas "la nueva leyenda"

CAP VI Comienza el Viaje

Sin miedo arrójense a la aventura, porque el tiempo no espera por nadie.

Axel Garcia.

Por la posición de la Luna y la oscuridad que se envuelve con ella, sé que han pasado ya horas desde que logre escaparme de la iglesia. Aún tengo tiempo para poder evadir a los que me sigan... les llevo una considerable ventaja de tiempo. Pero por supuesto que muy tenía claro… y sabia perfectamente, que cualquiera de los 4 guerreros en lo que se enteren de mi fuga, me alcanzarían sin que yo siquiera logre darme cuenta. por esa razón es que tengo que utilizar los caminos más pequeños y poco transitados para evitar ser visto por algún soldados o integrantes de la iglesia.

Lo que menos deseo en estos momentos es que me descubran, y mucho menos unos soldados novatos.

Planeo estar fuera un largo tiempo, o por lo menos el que sea suficiente hasta que adquiera una gran experiencia. Necesito fortalecerme para poder estar a la altura de mis enemigos. Pensando eso, suspire profundamente y observe el cielo, recordé rápidamente los momentos en la iglesia.

no pienso rendirme por nada, no puedo volver.

seguí mi camino hacia ningún lugar en específico, esperando a que Luccia despertara de su borrachera, por lo menos hasta el mediodía. Sonreí pues tener un poco más de tiempo adicional no me caería nada mal.

DENTRO DE LAS INSTALACIONES DE LA IGLESIA
Iba caminando a toda velocidad, dando grandes zancadas hacia el cuarto de Gabriel, le parecía extraño no verlo entrenando en el mismo lugar de siempre, como todas las mañanas al ponerse el sol sobre los muros, esté siempre se adelantaba, y era el primero en llegar, casi nunca llegaba tarde, bueno, mejor dicho, nunca llegaba tarde ya que sabía que era una falta de disciplina que requería de un castigo. Mínimo tendría que enfrentarse mano a mano contra uno de los generales.

– ¡pero ya verá! – se dijo a si misma Scarlet.

Al llegar a la puerta de la habitación, le dio tres golpecitos y esperó una respuesta que claramente no llego, al no escuchar nada, decidió llamarlo.

-¡Gabriel! –Se dedicó a llamar mientras seguía tocando– Estas retrasado, espero que lo sepas, luego no te vayas a quejar sobre la sanción por la falta por ser tan impuntual, porque te juro que...
Se hallaba hablando mientras abría lentamente la puerta de la habitación, y fue ahí entonces cuando se dio cuenta de que había dejado sus reprimendas a la mitad, al encontrarse en el cuarto un cuerpo en la cama de Gabriel, el cual obviamente no le pertenecía a él.

Dicha figura era bien definida y de complexión escultural, o eso era lo que reflejaban las sabanas que cubrían y envolvían el cuerpo de la chica de larga cabellera color rojizo- se limitó a preguntar en voz alta mientras se cruzaba de brazos.

-¡LUCCIA! ¿Dónde está Gabriel? -Pregunto Scarlet eufórica al no encontrar a su aprendiz en su habitación.

Luccia se despertó con mucha dificultad con un dolor de cabeza intenso debido al alto grado de alcohol que había consumido la noche anterior. Se revolvió entre las sabanas mientras con sus manos y la almohada se tapaba de la luz del sol que se colaba por la ventana.

-Oye Scarlet –hablaba a través de la almohada– ¡deja de gritarme! ¿quieres? No tienes ni idea, ¡de lo mucho que me duele la cabeza! ¿la verdad no sé qué haces aquí? ¡Búscalo en su habitación! ¡Ojala estuviera durmiendo conmigo! –Decía mientras una sonrisa pícara se asomaba en su rostro ya sonrojado por el alcohol que anoche que había llegado a su cerebro.

Scarlet se acercó a la cama un poco molesta –le molestaba que le tomaran el pelo – y le arranco las sabanas que la arropaban de pies a cabeza de un tirón.