CAP XIV: El torneo

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Paul me llevo nuevamente a través de este horrible lugar, el olor en el ambiente cada vez se me hacía más insoportable al ver el desastre en las calles el recuerdo de mi pueblo se venía a mi mente… esto ya no estaba plagado de tantos individuos como la última vez. Me llevo a donde el esclavista se encontraba, pero fuera de esta casa se encontraba una gran multitud, de la puerta de esta, salieron los guardias y tras ellos el esclavista quien se abrió paso y subió sobre la jaula donde encerraba a los esclavos, listo para dar un anuncio.

–Yo Samuel, hermano menor de las cadenas, doy inicio al torneo de este mes, como todos saben las reglas de este evento, no tengo nada más que agregar, solo que las inscripciones para los participantes son de 400.000Po El premio es de un millón en efectivo y una codiciada daga de dragón. Esta noche comienzan las peleas, tienen hasta el mediodía para anotarse si desean participar -Paul me vio a los ojos.

–Creo que la situación vuelve a estar en tu contra – dijo el joven, eso es cierto, el precio de la inscripción para participar en el torneo dobla el precio inicial de la daga, pero no me rendiré de alguna forma yo obtendré esa arma.

–vamos tengo una idea –le respondí, al joven tomando la delantera en nuestro camino.

Ambos caminamos hacia el vendedor que me envió al bosque, el que anteriormente tenía la daga. Al verme llegar su rostro se llenó con una expresión de sorpresa y algo de preocupación.

–chico… no espera verte de nuevo -dijo rápidamente.

–¿cómo dices eso?, si te traje lo que me pediste, ¡tu piel de lobo! –saque de entre mis cosas la piel y se la arroje- y sabes algo también te traía la cabeza de 10 soldados, pero esas no pude traerlas en mi bolso

-¿soldados? No se dé qué me hablas -dijo alterado, era obvio que mentía el sudor recorriendo su rostro lo delataba.

–vamos hombre ya sé que los enviaste por mí –dije con seguridad y a la vez sin preocupaciones- ¡no te preocupes dame la daga y me iré! –ordene.

–yo no tengo la daga, y no envié nadie por ti tal vez te vieron salir y te siguieron, este es un lugar muy peligroso –agrego el tratando de finiquitar el asunto.

–solo es una broma, te propongo un trato, necesito la daga, y no tengo dinero para pagar la entrada al torneo. Patrocina mi entrada, el premio en efectivo es de un millón más la daga, tú te quedas el dinero y yo el arma, aparte si apuestas por mi ganaras una enorme cantidad de dinero

–¿estás loco niño? ¿sabes cuantos criminales reconocidos y mercenarios poderosos participaran en ese torneo? ¡no creo que tengas oportunidades de ganar! y no pienso malgastar así mi dinero! –se negó de inmediato.

–vamos ten un poco de confianza, no soy solo un niño, soy muy fuerte, y si no me ayudas te arrepentirás, elimine a esos sujetos que enviaron por mí, eso debería darte algo de confianza.

–De acuerdo ¿eres fuerte? pues pruébalo –el vendedor comenzó a armar un escándalo un grupo de unos 15 sujetos se acercaron preguntándose qué ocurría- ¡le entregare 40Po a quien mate a este chico! –grito el vendedor a la multitud- en el torneo no podrás usar tus armas pelea con ellos sin armas y hare que participes.

Este sujeto estaba loco sin embargo los presentes no dudaron ni por un segundo en arrojarse contra mí, esas monedas que el ofreció fueron suficientes como para iniciar un verdadero desastre en medio de la calle. el combate comenzó allí frente a la tienda, todos me rodearon para evitar que escapara a algún sitio y se lanzaron contra mí, estos sujetos parecían animales, desprendían un olor desagradable de sudor y alcohol, no deben recordar o saber que es una ducha. me los fui quitando de encima uno a uno sin mucha dificulta solo eran un montón de basura, ninguno tenía alguna coordinación o entrenamiento solo blandían sus armas con violencia de un lado a otro tratando de alcanzarme, había entrenado demasiado como para que alguno supusiera un reto para mí, aunque si fue bastante agotador, yo esquivaba sus ataques y contra atacaba con violentos golpes precisos, para sacarlos de combate con solo un par de ellos cuando mucho. no eran más que escoria. Luego de que todos mis enemigos estuvieran inconscientes o incapaces de ponerse de pie me acerque al vendedor. Paul estaba emocionado por la demostración que acababa de presenciar.

Voces Internas "la nueva leyenda"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora