EPILOGO

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La noche del séptimo día había llegado, todos los miembros del gremio Lions Silvers esperaban a Gabriel desde  temprano, montaban vigilancia en las diferentes entradas del pueblo, ellos sabían que él debía volver en cualquier momento así que debían esperar todo lo que fuera necesario… la luna brilla en lo alto afirmando que el día había terminado era cerca de la media noche cuando  los vigías que Rezor había dejado lograron divisar a lo lejos a un viajero, que venía a pie por el camino, con un paso lento y torpe tal vez doloroso dirían ellos, el viajero traía en sus brazos un cuerpo. Ellos no querían ser portadores de malas noticias pues el gremio esperaba que volvieran con vida… ellos fueron corriendo hasta el gremio e informaron que un viajero se aproximaba, por sus facciones parecía ser Gabriel.

Todos se pararon de sus puestos con emoción celebrando que por fin volvían las personas que los ayudaron a ser conocidos en todo el continente. Sin embargo sus rostros se llenaron de tristeza cuando los vigías le explicaron que el viajero venía solo y que al parecer traía un cuerpo en los brazos. Llenos de angustia y desesperación salieron corriendo a toda velocidad hacia la puerta, ya el viajero estaba más cerca y pudieron verlo fijamente, la tristeza los arropo, dejando salir lágrimas corrieron hasta Gabriel abrazándolo él se dejó caer de rodillas, estaba agotado, lleno de múltiples heridas, bañado en sangre, con la piel destrozada y quemada por la larga caminata bajo el intenso sol del día.

Ellos lo rodearon con sus brazos ayudándolo a levantarse querían tomar a Xion arrebatársela de las manos. Sin embargo él la sujetaba con las pocas fuerzas que le quedaban contra su pecho y repetía una y otra vez que estaban por llegar a casa, Rezor se puso frente a él viéndolo fijamente a los ojos dejando salir sus propias lágrimas de dolor pues para este gigante ella era como una hija.

-Gabriel debes dejarnos ayudarte ya estás en casa –le repetía una y otra vez el líder del gremio pero los ojos de Gabriel veían a la nada perdidos en algo a espaldas de Rezor, él no se tardó mucho en notar esto y se apartó del frente para ver qué era eso que tanto observaba Gabriel, en un instante lo noto con claridad el edificio del gremio se veía por encima de los muros de su pueblo, volvió sus ojos hacia Gabriel y se puso a su lado levantándolo por debajo del hombro- hay que llevarlos a casa, vamos habrán espacio -les gritos al resto.

Roxxan no perdió el tiempo y se puso del otro lado de Gabriel para ayudar a su padre a mantenerlo de pie, mientras trataba de secar sus lágrimas bruscamente con su mano libre, Roxxy se puso frente a ellos abriéndoles el camino, no dejaba que nadie estorbara.

Con pasos lentos y dolorosos por fin llegaron hasta el gremio, Gabriel abrió sus ojos completamente y vio a su alrededor al entrar por la puerta principal, vio a Rezor quien estaba a su lado… y soltó una sonrisa llena de amargura y dolor.

-estamos de vuelta –le dijo ofreciéndole el cuerpo sin vida de Xion- hice todo lo que pude, no fue suficiente… -Gabriel metió sus manos en sus bolsillos cuando Rezor sujeto el cuerpo y saco la pequeña semilla que dejó Luck y el collar de Xion, las puso sobre el cuerpo y comenzó a caminar hacia delante dando tumbos y tropezando con todo a su alrededor había recorrido solo un par de metros cuando finalmente cayó al suelo.

Rezor inmediatamente comenzó a dar órdenes, sin importar que tan triste estuvieran todos, él debía seguir siendo fuerte. Ordenó que algunos hombres llevaran a Gabriel a su habitación, a otros los mandó hasta el colegio de magia a buscar magos sanadores y también algunos médicos puesto que debían y necesitaban curar las heridas del recién llegado. Le entregó el cuerpo de Xion a Roxxan y le pidió amablemente que la duchara y la vistiera con las ropas favoritas de la chica y que colgara ese collar que Gabriel trajo en su cuello.

Las horas pasaban rápidamente y el gremio lions silvers no durmió ni un minuto en esa noche. Habían guardias protegiendo las entradas, vigilando, si alguien había tenido el valor de seguir a Gabriel se encontraría con los leones plateados, pero estos no era los mismos que celebraban hace unos días en un torneo, era una manada que había sido lastimada y ahora mostraría sus garras y letales colmillos a cualquiera que quisiera molestarlos.

Voces Internas "la nueva leyenda"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora